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12: "¡Lo habéis destruido! ¡Yo os maldigo a todos, maldigo las guerras, os maldigo!" (El Planeta de los Simios, 1968)
Al final de este clásico de la ciencia ficción, Charlton Heston descubría que el planeta en el que los monos habían esclavizado a los humanos era, en realidad, su propio planeta. Así, a los pies de la Estatua de la Libertad, el personaje se deshacía en lamentaciones, poniéndole un broche de oro a unos de los finales más sorprendentes de la historia del Séptimo Arte.
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11: "Es un mundo extraño, ¿verdad?" (Terciopelo azul, 1986)
La considerada por muchos como la mejor película de la década de los 80 supuso una de las primeras obras maestras de David Lynch, que en este retorcido 'thriller' volcó todas las inquietudes y hallazgos estéticos que luego perfeccionaría a lo largo de su carrera. Su secuencia inicial, con las hormigas royendo una oreja amputada, es la más célebre de la función, pero no deberíamos olvidar tampoco la onírica belleza que transmite su escena de clausura, con Laura Dern mirando por la ventana y diciendo una frase muy evocadora que, además, se aplica a la perfección al peculiar cine de Lynch.
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10: "Estoy de vuelta" (El Señor de los Anillos: El retorno del rey, 2003)
Con el objeto de concluir su monumental trilogía, Peter Jackson decidió hacer una adaptación literal de la novela de J. R. R. Tolkien, utilizando la misma frase con la que acababa el original, y dejando que Sam Gamyi (Sean Astin) fuera también el encargado de pronunciarla. De este modo, El Señor de los Anillos finalizaba en el mismo lugar donde había comenzado todo: un agujero hobbit.