3: "Olvídalo, Jake, esto es Chinatown" (Chinatown, 1974)
Este clásico del cine negro fue dirigido por Roman Polanski y ofrecía uno de los desenlaces más descorazonadores del género. En él, el detective Jake Gittes (Jack Nicholson) no conseguía salvar a Evelyn Mulwray (Faye Dunaway) de su fatal destino y, ante su desesperación, un compañero suyo sólo acertaba a pedirle que se resignara.
2: "Louie, presiento que éste es el comienzo de una hermosa amistad" (Casablanca, 1942)
Rick (Humphrey Bogart) renunció al amor de su vida en pos de una buena causa, teniendo que dejar marchar a Elsa (Ingrid Bergman) a bordo de un avión y en la compañía de un hombre que no era él. Tal suceso volvía a hundirle en su eterna melancolía, pero a cambio deparaba al público un final irrepetible en el que el icónico personaje daba media vuelta y descubría en Louie (Claude Rains), el policía corrupto, un buen amigo que quizá le ayudara a salir del bache.
1: "Realmente, mañana será otro día" (Lo que el viento se llevó, 1939)
Finalmente, la frase de clausura más icónica de todas salió de los labios de Escarlata O' Hara (Vivien Leigh), que al final de este clásico incontestable asistía a cómo su marido Rhett (Clark Gable) se acababa cansando de sus desprecios y decidía abandonarla -utilizando, además, otra gran frase como el archiconocido "Francamente, querida, me importa un bledo". Sin embargo, la gran fuerza de voluntad de Escarlata volvía a asistirla en momentos tan delicados, y conseguía mostrarse optimista pese a todo.