James Gordon Jr.
DC Comics
Ya de niño, el hijo del comisario Gordon mostró una conducta cercana a la psicopatía, matando animales sólo para divertirse y metiéndose en problemas con la mafia cuando aún ni siquiera era mayor de edad. Convertido en un asesino en serie, se enfrentó varias veces tanto a Batman como a su padre.
En el 'reboot' que hizo DC con sus sagas de cómics en 2011 -conocido como "Los Nuevos 52"-, el origen de James Gordon Jr. fue modificado, convirtiéndose en un hijo adoptivo tremendamente celoso del amor que sus padres sentían por Barbara (Batgirl), a quien intentaba asesinar. Tras ser derrotado, era encerrado en Belle Reeve, donde se le proponía ingresar en el Escuadrón Suicida.
Cheetah
DC Comics
La joven anteriormente conocida como Barbara Minerva fue abandonada por su padre cuando sólo era una niña, motivo por el cual odia a los hombres. Más tarde ingresó en una secta de fanáticos de las Amazonas -el clan de Wonder Woman-, en cuyo rito de paso se vio obligada a matar a su propio hermano, y se transformó en la poderosa y manipuladora Cheetah.
Wonder Woman llegó a considerarla como su mejor amiga, tras conocerla durante una de sus primeras expediciones fuera de la Isla Paraíso. No tardó en ser traicionada, por supuesto, y Cheetah acabó en Belle Reeve, donde Amanda Waller le propondría ingresar en la llamada Fuerza Especial X.
Atención y Foco
DC Comics
Estas dos hermanas gemelas tienen poderes basados en la luz, que empleaban para cometer delitos antes de acabar en prisión, y decidir unirse al Escuadrón Suicida para reducir su condena. Su primera misión fue, nada más y nada menos, que capturar a Harley Quinn, la cual acababa de desertar.
En uno de los arcos más célebres de las viñetas -y un material de referencia muy jugoso para el cine-, las gemelas acababan siendo arrestadas por la policía de Gotham mientras Deadshot se las veía con una Harley Quinn loca de dolor por la supuesta muerte del Joker. Durante el interrogatorio, Foco comenzaba a confesar información secreta sobre el equipo en el que militaba, por lo que Amanda Waller no tenía más remedio que detonar la nanobomba que previamente había insertado en su organismo. Atención, por su parte, no corría mejor suerte.
