El cineasta Steven Spielberg acaba de estrenar Mi amigo el gigante en cines y ya puedes leer en la revista Wired un fantástico perfil del director firmado por Jon Mooallem. Este está repleto de curiosidades y, entre ellas, una de las que más llama la atención está relacionada con E.T. El extraterrestre, la historia de amistad entre el niño Elliott y el adorable alienígena que en 1982 recaudó más de 792 millones en la taquilla mundial. ¿Sabías que impactó tanto a algunos niños, que incluso llegaron a enfermar?
Como recordarás, E.T. era una película sobre la infancia, quizá demasiado real para algunos pequeños, tal y como recalca Mooallem en su perfil de Steven Spielberg. "Hubo relatos, en aquel verano de 1982, de niños que enfermaban en el cine durante la última escena, cuando E.T. se marcha y deja a Elliott detrás". Un psicólogo llamado Richard Sloves investigó el tema entonces y descubrió que los niños en cuestión tenían padres que, al igual que el de Elliott, se habían marchado de casa después de un divorcio. "Este, por supuesto, era precisamente el trauma que Spielberg estaba canalizando también", escribe Mooallem. "La soledad y desorientación provocadas por la separación de sus propios padres".
En un reportaje de la sección de Ciencia del New York Times de diciembre de 1982 podemos leer que, en palabras de Sloves, E.T. es "un cuento de hadas para el niño preadolescente". El psicólogo entrevistó a 54 niños de Nueva York de entre ocho y 12 años justo después de ver la película. Algunos por debajo de los ocho años se asustaron, pero la mayoría quedó impresionada. Muchos de ellos vieron el filme dos y hasta tres veces. Sloves basó su investigación en el libro Psicoanálisis de los cuentos de hadas de Bruno Bettelheim y fue consciente del poder de la cinta cuando supo que críos de entre nueve y 11 años -todos con padres divorciados- se sintieron enfermos durante el desenlace. Increíble.