Pese a tratarse de la civilización que alumbró el Kama Sutra, la India no es un país especialmente permisivo con el sexo. Incluso hoy, la pornografía está prohibida, mientras los policías tienen autorización para arrestar a las parejas que encuentren besándose en público, y no existe ni el más mínimo atisbo de educación sexual en los colegios. Sunny Leone, que fue en su momento una de las actrices porno más cotizadas de EE.UU, nunca ha podido olvidar sus raíces indias.
Esta artista fue nombrada en 2000 "mascota Penthouse del año", creando una línea de juguetes sexuales e incluso fundando su propia productora, pero acabó sintiendo la necesidad de volver a la India, de donde son sus padres, para probar suerte alejada de la industria pornográfica. Poco tiempo después la actriz, cuyo verdadero nombre es Karenjit Kaur Vohra, se ha convertido en todo un símbolo de la educación sexual en su país de origen.
El inicio de la revolución
Y eso que sus primeras películas para Bollywood fueron pequeñas producciones de bajo presupuesto, donde acostumbró a interpretar a personajes exóticos y sexualmente liberados -incluyendo, sí, a una estrella del porno. Esto, unido a su interés por promover el uso de los preservativos, provocó que acabara convirtiéndose en una figura pública, años después de haber sido la persona más "googleada", debido a otros motivos, por parte sus compatriotas. También le acabó granjeando, claro está, la antipatía de muchos políticos, que la acusaron de amenazar la cultura india y de, incluso, hacer apología de la violación.
Sin embargo, Sunny Leone cuenta con el apoyo de la inmensa mayoría de los ciudadanos. "Es parte de la revolución sexual de la India, por la cual el sexo está saliendo del armario y la gente comienza a aceptarlo", afirma el escritor Ira Trivedi, según recoge un reportaje de Los Angeles Times. La actriz, curiosamente, insiste en que no llegó a la India para tratar de fomentar nada, sino que sólo quería hacer cine.
"Me siento muy afortunada", confiesa. "Este año tengo un montón de trabajo, y no me voy a preocupar por lo que la gente piense de mí mientras siga haciendo lo que amo". Por supuesto, es consciente del gran cambio que ha desatado en la India y, ante la antipatía que aún sigue percibiendo en algunas personas, este icono del 'girl-power' sólo acierta a encogerse de hombros, sin dejar de mostrarse confiada: "Lleva tiempo cambiar la percepción de la gente", concluye.