En los últimos tiempos, China se ha convertido en una parte imprescindible del mercado extranjero para los 'blockbusters' desarrollados en Hollywood. Casos como el de Warcraft: El origen -que consiguió ser rentable exclusivamente gracias al público de este país-, han demostrado que para garantizar un buen desempeño comercial es imprescindible concederles ciertos privilegios a los espectadores; por ejemplo, llevando una versión en 3D exclusiva a sus salas. Sin embargo, en lo que respecta a Jason Bourne, esto no parece haber sido una buena idea.
La película que dirige Paul Greengrass, y la cuarta de la saga protagonizada por Matt Damon, está cosechando un éxito considerable, que sus responsables planeaban aumentar pasando su formato al 3D durante su exhibición en China. No obstante, según recoge The Hollywood Reporter, para tal operación no tuvieron en cuenta lo suficiente la salud de los espectadores, y así ha ocurrido que, a su paso por los cines del país, varios de los asistentes se han sentido invadidos por las naúseas, y han tenido ganas de vomitar.
La mayor parte de los filmes proyectados en China son en formato 3D, por lo que el plan de Universal tenía su lógica. Pese a todo, la conversión ha sido defectuosa y, acompañada de los frenéticos movimientos de cámara de Greengrass, no ha hecho sino agravar el malestar del público, que ha acabado solicitando una copia 2D como la que ha podido ver el resto del mundo -China ha sido el único país en proyectar Jason Bourne en estas condiciones. Una polémica que, en cualquier caso, no empaña las grandes ganancias de este filme, en el que también podemos encontrar a Alicia Vikander y Tommy Lee Jones. ¿Aún no la has visto?