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    'Harry Potter': Así es la desconocida historia de los personajes de Hogwarts en 'Agallas, Adversidad y Aficiones Arriesgadas'

    En la segunda historia corta escrita por J.K. Rowling, Minerva McGonagall, Remus Lupin, Sybill Trelawney y Silvanus Kettleburn son los protagonistas.

    Sybill Trelawney

    Tras dos importantes héroes de Hogwarts, no está de más conocer la historia de una de las profesoras más excéntricas que han pasado por el Colegio de Magia y Hechicería británico. 

    Sybill Trelawney es la tataranieta de una vidente llamada Cassandra Trelawney, cuyo don de la adivinación se fue diluyendo a través de las generaciones. Sí, es cierto que Sybill tenía esta habilidad, pero basada en los trucos usados por los adivinos y la fanfarronería. No obstante, sí experimenta cada cierto tiempo ramalazos de verdaderas visiones de las que no puede acordarse. 

    ¿Cómo terminó esta mujer siendo Profesora de Adivinación en Hogwarts? Albus Dumbledore decidió aceptar su propuesta de trabajo con el objetivo de protegerla y de que tuviese, con el tiempo, una visión real. Además de sus locuras, es una mujer a la que le gusta mucho beber jerez. 

    Minerva McGonagall y Sybill Trelawney son polos totalmente opuestos y la animaga no ha visto nunca con buenos ojos a la adivina. No obstante, cuando Dolores Umbridge pidió el despido de Trelawney, McGonagall la defendió. 

    Rowling decidió llamar a este personaje de esta manera porque Sybill recuerda a "sibila", el nombre que se les daba a las videntes en la antigüedad. En cuanto a su apellido, Trelawney es muy antiguo y recuerda su apoyo en el linaje cuando intenta impresionar a alguien. 

    Videntes de nombres

    Algunas familias de magos ponen nombres a sus hijos que les gustan, otros siguen la tradición faimiliar y otros usan las de constelaciones y estrellas. Pero también existen aquellos padres que deciden acudir a un Vidente de nombres

    Estas personas, por una importante cantidad de oro, predicen el futuro de su hijo y le dan el nombre más adecuado. No obstante, es una práctica cada vez menos habitual y la mayoría no quiere saber qué destino les espera a sus descendientes. 

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