Este viernes 4 de noviembre se estrena en España 100 metros, la película dirigida por Marcel Barrena y protagonizada por Dani Rovira que se inspira en la historia real de Ramón Arroyo, un padre de familia al que le diagnostican esclerosis múltiple y que, a pesar de sus circunstancias, decide plantarle cara a la vida y participar en la prueba más exigente del triatlón, el Ironman. En SensaCine hemos hablado con dos protagonistas de la cinta, Karra Elejalde y Alexandra Jiménez, sobre su preparación, el paso de la comedia al drama y la responsabilidad de rodar esta película, entre otras cosas.
Karra Elejalde
Siendo usted el encargado de aportar el toque más cómico a la película, ¿cree que supone un riesgo mezclar la comedia con un drama tan sentimental como este?
Las películas dramáticas deben desfogarse con el humor. Si no, los dramas quedan demasiado espesos. A mí no me parece ningún riesgo porque la vida es tridimensional. El que alguien esté enfermo no significa que esa persona no tenga vida. Por tanto, nosotros estamos contando un hecho real ficcionado y tiene momentos de humor y de desfogue que no son ningún riesgo. He leído por ahí que es mucho riesgo conjugar drama y comedia. ¿Cómo que riesgo? Se ha hecho siempre, al igual que las películas de amor se desfogan con la acción. Por tanto, la vida de un hombre con esclerosis múltiple tiene momentos agrios y momentos dulces. Estuve en el Instituto Gutttmann el día del preestreno y tenías que ver a la gente con esclerosis múltiple celebrarlo y aplaudir. Son gente con muy buen humor y, si conoces a Ramón Arroyo, es un tío con vitalidad pura aunque mañana pueda darle un brote. La propuesta de la película es que dos personas a las que le dan el mismo diagnóstico de una enfermedad pueden prosperar o quedarse en el intento dependiendo de cómo se lo tomen. Todos tenemos miedo patológico a que el día de mañana nos ocurra algo y lo que tenemos que aprender es saber sobrellevar esto, saber que cuando un día pase esto, si pasa, hay varias maneras de tomárselo, como decir: "Voy a contar con lo que tengo, no con lo que no tengo, y con esto voy a ser feliz”. Por eso el humor cursa con nuestra propuesta y es un vehículo para tomarte las cosas con positividad. Si me lo tomo con humor, si convivo con ello, lo sobrellevaré mejor.
¿Es necesario un gran cambio de registro en un actor para pasar del drama a la comedia?
Yo creo que el actor es actor, pero en este y en todos los países hay actores que o les da miedo o se desenvuelven mejor en una cosa solo y, pobres de ellos, porque lo que evitan así es posibilidad de trabajo. Karra es un actor cómico pero también un actor romántico. A mí me ha tocado de todo. Me ha tocado hacer del mariquita al camionero, del asesino al asesinado… Lo bonito es que yo soy actor y ya sé que Dani es un actor, pero el espectador español no. El espectador ve en Dani a un humorista o a un actor de comedia. Hay actores que solo tocan drama o comedia, pero te digo que Dani es un actor y que va a sorprender mucho a toda España el nuevo registro de Dani porque es un personaje al que hemos visto en El Club de la Comedia, pero te diría lo mismo si fuera Eva Hache o Carlos Areces. Areces te hace lo que quieras. Hay actores que son todoterreno y Dani es uno de ellos y él mismo se había hurtado la posibilidad de abrir su abanico. Yo creo que va a sorprender mucho ver a Dani en este registro.
Filmax
¿Considera 100 metros algo más que una película?
Sí. Nuestra profesión es muy bonita. Tú operas de puta madre, tú iluminas de cojones, tú maquillas genial, este interpreta del copón, aquel es un sonidista de la hostia… ¿Por qué no les contamos una locura y que la gente pague por verla? Y que al salir digan: "Me lo he creído. No había nada que me sacara de la peli. Sois unos mentirosos perfectos". Esta película cumple esa función porque es una ficción que parte de un hecho real, pero también parte de otro tipo de funciones, y es que hay 50.000 enfermos de esto y todos tenemos un miedo endémico y patológico a que un día nos digan una noticia de estas y nos queda la emoción de lo que hemos vivido porque estamos todos empatizando con ese tío que dicen que no va a hacer 100 metros y se hace un Ironman. La película, además, tiene un algo de placebo o de sedante o de analgésico, porque te queda una tranquilidad de decir: “Si un día me sucede esto, ya sé que camino tengo que tomar y cómo me lo tengo que tomar para prosperar". Eso es más que una película.
¿Cómo ha preparado su personaje al ser este el más ficticio dentro de una historia real?
El entrenador real de la película era su padre, pero a nosotros nos daba mucho más juego ser el suegro porque el padre no puede llevarse mal con el hijo. Creo que ha sido un buen movimiento de Marcel. Es una muy buena idea que sea el suegro y que de partida no haya muy buena relación entre ellos. Así como para Dani es vital la preparación con los personajes reales, un entrenador parecido a Luis Aragonés lo vemos cada día en televisión. La gente cree que era un personaje muy difícil de interpretar y yo lo tenía muy claro. Tenía una primera fase en la que el tío no me gusta para mi hija, una segunda en la que conozco su enfermedad y me sigue sin gustar, y una tercera en la que empiezo a empatizar con él y veo que tiene un par de huevos y que me cae muy bien. Ha sido un personaje muy agradecido.
Alexandra Jiménez
¿Ha sentido mucha responsabilidad, más teniendo tan cerca a la verdadera Inma?
Sí, pero eso es lo que ha hecho precisamente que fuera una experiencia distinta. Ha sido para nosotros la sensación de algo más que estar haciendo una película porque hemos estado de la mano de ellos desde el principio. Nos han abierto su vida, nos han explicado por dónde han pasado, cómo ha sido el proceso, cómo lo han vivido, cómo lo siguen viviendo… Todo con una sinceridad y una cercanía impresionantes. Empezar así un proyecto ya te coloca en un lugar en el que sabes que tienes mucha responsabilidad. Es un terreno frágil y, al mismo tiempo, una oportunidad para vivir algo que pocas veces en la vida te va a volver a pasar. Es especial precisamente por eso, porque los tienes al lado, están junto a ti, te están respaldando, ayudando, enseñando, guiando.
¿Eso le ha provocado una motivación mayor o una presión extra?
Es una motivación mayor porque al final, como actores, lo que estamos deseando es ser el canal para contar la historia de otros. Lógicamente, sientes responsabilidad y además, prácticamente en todos los proyectos siempre hay dudas, inseguridades y un día en el que te irías corriendo. Pero en este caso, lo que ha supuesto es un: "Por eso me gusta tanto ser actriz".
¿Ha habido alguna secuencia realmente dura de rodar?
Para Dani, por ejemplo, físicamente ha habido momentos durísimos donde ha habido un esfuerzo físico y emocional tremendo. En mi caso, es más todo una parte emocional y, más que dura, lo que ha sido es intensa; pero intensa de modo que te devuelve la fuerza. No nos hemos desgastado. Al contrario.
Filmax
Para una actriz tan habitual en la comedia, ¿qué supone grabar una película tan sentimental?
Es que en la comedia también hay personajes muy emocionales. Cada vez me cuesta más distinguir entre géneros porque al final el trabajo que haces como actriz es intentar decir la verdad, ser sincera, esforzarte en entender al personaje, vivir el conflicto y sufrir sea una comedia o un drama. Luego ya está lo que marca la diferencia, que es el aderezo o la mirada que observa todo eso. En el drama, la mirada suele estar más desde dentro y en la comedia hay una mirada externa que sobrevuela la situación y que lo ve todo desde una inteligencia capaz de reírse de eso. Eso es lo que diferencia los dos géneros en mi manera de entenderlo, pero mi trabajo, el esfuerzo que tengo que hacer para sacar ese personaje adelante, es exactamente el mismo.
¿Qué es lo que más admira de Inma?
La fuerza que tiene, la capacidad que tiene para expresar sus emociones sin esconderlas y sin retrasarlas, sin taponarlas. Ella siente, no filtra, y lo expresa. La fuerza que tiene una vez coloca todas esas emociones para tirar hacia adelante pase lo que pase. Tiene una fuerza tremenda y, desde luego, Ramón también. Juntos son un equipo que puede con todo, como están demostrando.
¿Cómo ha sido trabajar junto a Dani Rovira y Karra Elejalde?
Nos lo hemos pasado de maravilla, nos hemos reído lo más grande y también hemos llorado mucho. Ha habido momentos de estar en escena y de mirarnos y rompernos el corazón y momentos de entusiasmo y de diversión máxima. Ha sido un torrente de emociones y precioso poder haberlo hecho juntos.
