Gastón Duprat y Mariano Cohn son los directores de El ciudadano ilustre, la película protagonizada por el argentino Óscar Martínez que se estrenó el pasado 11 de noviembre en cines. Duprat y Cohn se han convertido en uno de los dúos con más fama en Argentina tras estrenar títulos como Enciclopedia, Querida, voy a comprar cigarrillos y vuelvo o El hombre de al lado, esta última con 12 premios -como el de Mejor Película Dramática en Sundance- y 11 nominaciones -Mejor Película Extranjera en los Goya.
Con motivo del estreno de El Ciudadano Ilustre, en SensaCine hemos podido hablar con ellos sobre esta divertida comedia que opta a la nominación de Mejor Película Extranjera en los Oscar 2017.
A pesar de ser una comedia, cuando el protagonista llega al pueblo uno no puede dejar de pensar que algo no va bien...
Gastón Duprat: Sí. El planteamiento era ese. La película pasa de la comedia al drama a lo largo de la visita del premio Nobel al pueblo.
Mariano Cohn: De hecho, la película empieza con el protagonista observando un flamenco muerto que prepara al espectador para todo lo que va a venir.
G.D.: Como una imagen metafórica de que algo no está del todo bien.
M.C.: Es la idea de un artista a quien se la pedimos prestada, obviamente, y nos parecía perfecto perder, o ganar, un minuto de la película adelantando lo que iba a venir.
¿Creéis que alguna de las dos partes de la película, el pueblo de Salas por un lado y Daniel por el otro, tiene más razón que la otra?
G.D.: Me parece que la película reparte las cargas. Es una película que critica todo, desde el mundo del escritor premio Nobel, una celebridad, millonario, que vive en una mega casa en la mejor parte de Barcelona…
M.C.: Eso sería lo que le toca a la parte española (Risas).
G.D.: … a un pueblo que no tiene nada de cosmopolita, que está encerrado, pero que sin embargo muestra muchos valores y muchas cosas que el personaje puede aprender.
El personaje de Daniel sufre una evolución, empieza negando besos, abrazos o fotos, pero acaba aceptando muchas de esas cosas. ¿Creéis que ha cambiado su forma de ser?
G.D.: Él está hastiado en su vivienda en Barcelona diciendo que no a invitaciones de alta categoría y de algún modo cambia de actitud para ir al pueblo. Llega sonriente y feliz a pesar de ser muy distinto y se muestra condescendiente y amable. Pero a medida que surgen las tensiones con algunas personas del pueblo, que por otra parte no le habían leído nunca y cuando le leen no les gusta lo que escribe sobre el pueblo, empieza a sincerarse y a decir a todo el mundo lo que piensa sin ningún tipo de límite. Eso genera situaciones de mucha tensión y, a la vez, muy divertidas.
Salas es un pueblo imaginario pero, ¿qué tiene de los pueblos de Argentina? ¿Es una parodia?
G.D.: No diría que es una parodia, diría que es el retrato de una realidad. Todos los personajes del pueblo responden a estereotipos que nosotros construimos en base a la idiosincrasia argentina, pero nos dimos cuenta de que pueden ser de cualquier pueblo de cualquier lugar del mundo, de sitios tan distintos como Brasil, Italia, España o Estados Unidos.
M.C.: No solo en los pueblos, también sucede en las ciudades y en los barrios. La idea era retratar eso en Argentina sin ser benevolentes, que es algo que no sucede desde hace tiempo en el cine argentino. El cine argentino hace siempre una revisión pero sobre el pasado muy pasado, 30 ó 40 años atrás. Esto hace un retrato acerca de una situación que es muy actual.
Una de las campañas de marketing fue vender el libro escrito por el protagonista...
G.D.: No fue una campaña de marketing en realidad, es un contenido artístico que se le añadió a la película. Es muy difícil imaginar la prosa literaria del personaje, por lo que decidimos publicar un libro de este autor Daniel Mantovani de verdad, que está en las librerías en la colección de premios Nobel y está escrito por un escritor fantasma. Está editado por Mariano y el guionista de la película para guiar al escritor en el tono y el estilo en el que imaginamos que tendría que escribir.
M.C.: Es una obra que tiene vida propia independiente de la película. De hecho, próximamente van a salir las otras obras del escritor, las que se ven en la película. También hay un Twitter y un Facebook donde publica este personaje de ficción. Es muy divertido porque opina de actualidad y siempre tiene algo que decir.
¿Cómo ha reaccionado la gente en Argentina?
G.D.: La película, si bien es muy autocrítica y no perdona con la estética, fue muy bien recibida en Argentina. Está siendo record de público en los cines, pero no solo en las ciudades grandes, también en los pueblos pequeños de todo el país, lo que demuestra que tenemos mucho sentido del humor. Es muy importante para nosotros porque es una película muy grande, que llevó un montón de esfuerzo y que tiene mucho riesgo industrial, así que el que la gente vaya a verla termina de confirmarla.
M.C.: También nos arriesgamos con el 'casting'. Siempre nos imaginamos a Oscar Martínez como protagonista en todas las escenas de la película y suponía muchos riesgos porque era una película muy grande que no contaba con la presencia estelar de Ricardo Darín o Guillermo Francella, que son los dos únicos actores para los productores argentinos que venden entradas.
G.D.: Eso es una mentira que nosotros queríamos derribar.
M.C.: Teníamos dudas también acerca de cómo iba a recibir la gente una película que necesita parte del entendimiento del público. El espectador tiene que terminar de completar la obra, es un cine mucho más parecido al europeo. Y sabíamos que existía un público, pero no tanto. Está derribando muchos mitos en la taquilla argentina y ya sabemos que hay un público dispuesto a ver este tipo de cine aunque no esté regido por los actores que venden entradas.
¿Os ha sorprendido la nominación al Oscar como Mejor Película Extranjera?
G.D.: No era parte de nuestros objetivos para nada, pero tenemos fe en la película porque nos gusta cómo quedó y pensamos que si la película tiene la oportunidad de verse puede marcar una diferencia.
M.C.: Si lo ganamos, no estamos seguros de si lo vamos a buscar o no. No sabemos lo que conviene después de hacer esta película (Risas).