Ya han pasado 15 años del estreno de Shrek, una película que comenzaría una de las sagas cinematográficas más exitosas. En total, las cinco entregas han recaudado en todo el mundo más de 3.500 millones de dólares, lo que se traduce como un éxito indiscutible. Sin embargo, el estudio no estaba nada seguro de su resultado en taquilla y, de hecho, se convirtió en el 'patito feo' de Dreamworks.
Según explica MoviePilot, con el libro The Men Who Would be King de Nicole Laporte como fuente, la película era un cementerio para los animadores que no les había ido muy bien en El príncipe de Egipto. Y, teniendo en cuenta las complicaciones que encontraron por el camino, el filme que realizaron al final es digno de admiración.
La muerte del protagonista
Mike Myers es el encargado de ponerle voz al famoso ogro, pero el primer candidato fue Chris Farley, a quien recordarás por ser La salchicha peleona y un colaborador regular de Saturday Night Live durante la década de los 90. Farley había grabado casi todos sus diálogos cuando falleció en 1997 a los 33 años. Según el animador Tom Sito, el cómico era pura energía y nunca paraba de moverse "como si le estuviese a punto de estallar la ropa". Tras la inesperada muerte de su actor de doblaje principal, el estudio se vio en la tesitura de tener que buscar un sustituto.
Como hemos dicho al principio, el equipo de la película estaba compuesto por trabajadores de otros proyectos, por lo que no era un grupo sólido. Además de perder a Farley, los guionistas también fueron reemplazados y el director Henry Selick fue sustituido por Andrew Adamson y Vicky Jenson, quienes debutaban en la dirección.
Hay que rehacer todo
El punto de inflexión llegó cuando Jeffrey Katzenberg, fundador de Dreamworks, vio un minuto de metraje de prueba y no quedó nada satisfecho. Según NYPost, los personajes no eran realistas y se parecían a la primera época de Los Simpson, más que al estilo Disney. Por aquel entonces, el estudio ya había gastado millones de dólares y no había conseguido nada, así que el equipo fue cambiado radicalmente.
Mike Myers luego resultó ser el candidato perfecto pero, curiosamente, lo que más llamó la atención al estudio fue su acento. Según informa dicho medio, Myers grabó las escenas con su acento canadiense pero, tras escucharlo, quiso cambiarlo para que se pareciese más al "acento escocés de alguien que ha vivido en Canadá durante 20 años", lo que encajó perfectamente.
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