Tras la muerte de Carrie Fisher -la princesa Leia de Star Wars- el pasado martes 27 de diciembre, Disney y Lucasfilm tendrán que hacer frente a la salida de su personaje de la saga galáctica creada por George Lucas. El rodaje de Star Wars: Episodio VIII terminó antes de su fallecimiento, lo que significa que nos despediremos de la general Organa en la entrega que llegará a los cines el 15 de diciembre de 2017, y que contará de nuevo con Rey (Daisy Ridley) y Finn (John Boyega) como protagonistas.
La cosa cambia con Star Wars: Episodio IX que, según los rumores, podría reescribirse por completo para adaptarse a semejante pérdida. Por otro lado, y según recogen la revista del gremio asegurador Insurance Insider y The Independent, Disney podría recibir una indemnización de unos 50 millones de dólares -algo más de 47 millones de euros- de un seguro que contrató con Lloyds en caso de que Fisher no pudiera cumplir su acuerdo por tres películas de la franquicia. En el caso de Fast & Furious 7, Forbes estimó en 50 millones la reclamación de Universal por la muerte de Paul Walker.
Como señala Movieweb, la producción de Star Wars VIII de Rian Johnson ya está finiquitada, si bien lo más probable es que haya 'reshoots' a principios de este 2017 -como ya sucediera con el 'spin-off' Rogue One: Una historia de Star Wars. Lo último que sabemos es que el papel de Leia iba a ser más importante en el siguiente Episodio pero, de momento, sigue sin haber confirmación ni de estos supuestos 50 millones de dólares ni de hasta qué punto se retocarán los guiones de futuras películas.
En un comunicado difundido después de su muerte, la presidenta de Lucasfilm Kathleen Kennedy declaraba lo siguiente sobre la intérprete: "Carrie ocupa un lugar tan especial en los corazones de todo el mundo en Lucasfilm que es difícil pensar en un mundo sin ella. Ella era la princesa Leia para el mundo pero una amiga muy especial para todos nosotros".