Tras pasar por la última edición del Festival de Sitges, llega a los cines este viernes 13 de enero Proyecto Lázaro, la nueva película de Mateo Gil (Nadie conoce a nadie), guionista habitual de Alejandro Amenábar y director de filmes como Nadie conoce a nadie y Blackthorn. Protagonizada por Tom Hughes y Oona Chaplin, se trata de una producción 'indie' de ciencia ficción que recupera el tema central de Abre los ojos: la criogenización. Y lo hace de una forma más humanista y menos festiva.
Oona Chaplin -recordada por su papel de Talisa Stark en Juego de tronos- y Mateo Gil pasaron por Sitges para presentar la película, y aprovechamos la ocasión para mantener una charla con ellos.
Oona Chaplin sobre Proyecto Lázaro y Juego de tronos
¿Cómo llegas a Proyecto Lázaro?
Mi representante me comentó que Mateo Gil quería hablar conmigo para participar en la película y a mí se me puso toda la piel de gallina. Amo sus guiones y sin conocerlo ya le quería muchísimo. Nos entendimos a la primera. A él le diría que sí a ser un cactus en su película. Mateo es una persona con mucha imaginación y sensibilidad, tiene una capacidad de análisis alucinante. Y tiene mucha curiosidad por la vida.
Mateo Gil escribe y dirige Proyecto Lázaro. ¿Cambia eso su actitud y su relación con el equipo?
Me encantó trabajar con él. Entiende y se hace preguntas sobre los seres humanos que conllevan un trabajo personal muy profundo. En el rodaje crea un ambiente muy lindo, porque su manera de trabajar con la gente es de sacar lo mejor de cada uno. Es capaz de sintonizar con la vibración de su equipo y obtener lo mejor él. Fue increíble ver eso.
¿Cómo consigue generar ese clima de confianza?
No lo sé. Es magia. Yo creo que es vudú (Risas).
¿Has estado con directores que sean todo lo contrario de Mateo Gil? Vamos, que prefieran trabajar en un entorno de crispación y tensión.
Sí, he tenido experiencias en las que el director va a su bola, y eso es lo peor. Él quiere lo que él quiere y no sabe lo que pueden ofrecer los demás.
Proyecto Lázaro es una historia de alto voltaje emocional. Tu personaje es un ejemplo de ello. ¿Cómo te enfrentaste a él y cuál fue tu truco para no pasarte de frenada en lo dramático y evitar así parecer impostada?
Hubo un profesor de mi escuela de arte dramático que dijo que la verdad no tiene tamaño. Mientras estés tocando un nervio de verdad, o al menos esa sea la intención, la de interpretar la realidad de una situación, no importa del tamaño que sea. Lo bonito de mi personaje en la película es que se construye a través de una colección de momentos. Momentos que cuando estás metido en ellos no son nada especiales, pero que al mirar hacia atrás son unos instantes mágicos que sirven para crear una dinámica; juntos forman la memoria de una relación, la historia del enamoramiento de una pareja.
¿Eres una actriz de método o intuitiva?
Mi manera de trabajar es, primero, leerme el guion como 85 veces. Cuando lo he interiorizado, dejo que el director hago conmigo lo que sea. Si es más de método, me adapto; si es más de hacer chistes, pues también. Depende del director. Lo que quiero primero es entender a mi personaje y la historia.
Proyecto Lázaro trata el tema de la criogenización. ¿Estás a favor o en contra?
Que cada uno busque la esperanza y la fe donde quiera. Yo no lo haría nunca jamás. Como pasa en la película, creo que si algún día nos resucitan será para luego someternos a toda clase de experimentos. No sería para darnos una segunda oportunidad. A mí lo que más me interesa es explorar lo que significan el infinito y la eternidad del momento presente. Es lo que proponen todas las filosofías que me interesan.
Un vistazo rápido a tu carrera deja claro que te sientes cómoda en el cine y las series de género. Juego de tronos, Imago Mortis, Inside No. 9, Proyecto Lázaro, Black Mirror… ¿Eres fan del fantástico?
No veo películas de terror porque me dan miedo, pero la ciencia ficción y la fantasía son los géneros que más me gustan. Me gusta todo lo que sea mágico, todo lo que proponga una plataforma alternativa donde podamos tener una perspectiva fresca de los temas que nos preocupan ahora. Eso es lo que tiene la ciencia ficción y lo que hace Mateo en Proyecto Lázaro. Mira el ejemplo también de Juego de tronos, la serie habla de ISIS, del poder, de Donald Trump; habla de las cosas de ahora en una época ficticia. Me encanta.
¿Por qué crees que Juego de tronos ha conectado tanto con la gente?
Juego de tronos es una cosa única y mágica como La Guerra de las Galaxias que pasa una vez en cada generación. Todas las estrellas se han alineado para que esto salga perfecto. No hay explicación más acertada que esta, o al menos esa es mi opinión (Risas). Se trata de un equipo increíble, con un talento inconcebible, y de una historia que da justo en el nervio del momento presente.
¿Hasta qué punto participar en la serie te cambió la vida?
Todo cambia la vida. La Boda Roja fue un momento muy grande, pero la gente no me reconoce por la calle, y eso me encanta, porque puedes hacer el bobo sin que nadie te moleste. Eso sí, la vida me cambió sobre todo por la gente que conocí en el rodaje. Natalia Tena -Osha en la serie-, por ejemplo, es una de mis mejores amigas del mundo; forma parte de mi harén de mujeres magníficas que tengo (Risas). Ahora estamos haciendo una película juntas donde somos novias. Con Finn Jones -Loras Tyrell- también conservo una amistad estupenda. Y no son los únicos. Mantengo una buena relación con mucha gente del equipo.
¿Qué recuerdas del rodaje de La Boda Roja?
Nos llevó tres días de rodaje. Lo bonito de Juego de tronos es que en su momento nadie se dio cuenta de lo que iba hacer. Yo entré en la segunda temporada y ya había más fe en el producto, pero no éramos conscientes del fenómeno que se avecinaba. Pasó lo mismo con La Boda Roja. No anticipamos el gran impacto que causó. Lo que recuerdo es que, cuando ya estoy muerta y Richard Madden -Robb Stark- viene hacia mí y me sostiene, el director me dijo: "Oona, estás muerta. Deja de llorar" (Risas). Era el último día de rodaje y yo estaba triste porque se acababa el sueño que fue formar parte de la serie. Vamos, que estaba muerta pero llorando (Risas).
¿Cuál fue tu reacción al ver por primera vez el episodio?
El capítulo no lo vi en su momento porque no tengo televisión en casa. De hecho, lo vi mucho tiempo después. Lo hice en casa de un amigo, y lo que me impresionó es que es un episodio que no tiene música para los créditos finales. Y al verlo entendí el furor y la desesperación de los espectadores. Fue muy fuerte. Los cabrones rompieron los sueños de tanta gente (Risas). ¡Yo también quería que Robb Stark fuera rey!
¿Qué nos puedes avanzar sobre Estamos como queremos, la nueva película de Carlos Marques-Marcet donde compartes protagonismo con Natalia Tena?
Es sobre una pareja de chicas que viven en un barco y viene a visitarlas el mejor amigo de una de ellas. Ahí empieza la salsa y el merengue. Es una historia muy graciosa.
Mateo Gil sobre Proyecto Lázaro
¿Hasta qué punto fue complicado levantar una película como Proyecto Lázaro? La ciencia ficción no es un género muy habitual en España.
Proyecto Lázaro ha sido un proceso muy intenso, una película que me ha requerido mucha energía. Levantarla fue complicado y, después de rodarla, fue difícil llevarla a cabo con un presupuesto tan ajustado. También ha tenido una posproducción intensa y larguísima, con un montaje difícil. Es una película muy exigente a nivel técnico. La verdad es que cuando empecé a escribir el guion pensé que no me la iban a producir nunca. Es una película muy volcada emocionalmente, y muy personal porque en ella presento muchos miedos y obsesiones mías; hay mucha voz en off también. Es un filme con los sentimientos a flor de piel, no es un tipo de cine que se esté haciendo mucho.
Proyecto Lázaro vuelve a hablar sobre la criogenización, un tema que ya tocaste en el guion de Abre los ojos de Alejandro Amenábar…
La idea me vino cuando estábamos escribiendo Abre los ojos. Allí me surgieron un montón de preguntas que esa película no contestaba. Sobre todo acerca de la criogenización: ¿Qué sentido tiene criogenizarse para que despierten en el futuro, con gente y un mundo que no conoces, y qué no sabes cómo van a sentir ni pensar? ¿Se puede vivir cuando todo te da igual? La idea con el tiempo se fue enriqueciendo y macerando con un montón de cosas más. El detonante fue una noticia real en 2008 y que aparece en la película, sobre unos científicos que habían conseguido crear un corazón de rata a partir de células madre, ¡y ese corazón llegó a latir!. Me dio un escalofrió leer esa noticia. El motor de la historia de Proyecto Lázaro es el miedo a la vida como fenómeno fisiológico. La existencia de la vida tiene algo de fortuito y aterrador, podría no existir, y este planeta podría estar inerte y no pasaría nada. La vida es el motor de muchas historias de terror, cosas y criaturas que están vivas y que no deberían estarlo.
En tu nueva película hay guiños al Frankenstein de Mary Shelley y también al H.P. Lovecraft de Herbert West: Reanimador…
Cuando empecé a escribir la historia, me di cuenta de que esas referencias eran inevitables. Así que nos las evité. El terror de base de Proyecto Lázaro está más cerca de Lovecraft que de Frankenstein. Mary Shelley habla de otras cosas distintas, pero Lovecraft lo hace en concreto del terror que produce una cosa que debería estar muerta pero que acaba de volver a la vida. La imagen del grito de terror del vivo cuando lo despiertan.
¿Cómo llevas eso qué se refieran a Proyecto Lázaro cómo una continuación apócrifa de Abre los ojos?
Es inevitable y no me parece mal. Alejandro conocía el guion, ha visto la película y me comentó sus impresiones después de verla. Este filme es un hijito de Abre los ojos. En el fondo hablan de cosas distintas, pero no puedo negar la evidencia que he escrito Abre los ojos y Mar adentro con Alejandro, película esta última que a nivel moral también tiene cosas que están conectadas con Proyecto Lázaro. Por ejemplo, la siguiente pregunta: ¿A quién pertenece nuestra vida?
El 'look' de tu nueva película recuerda al de la nueva ciencia ficción 'indie' que se está haciendo ahora mismo en EE.UU. ¿Es algo premeditado o pura casualidad?
Ese 'look indie' está relacionado tanto con la dirección como con la producción. Es un tipo de ciencia ficción basada en los personajes y en las historias, producida con un presupuesto ajustado de cine independiente. Recuerdo que hablé con los productores y el equipo técnico, y les comenté que debíamos buscar ese 'look indie' y no uno de Hollywood. La película está rodada en inglés y las situaciones tienen que resultar creíbles.