Este 2017 cumple años, 20 años, una de las ficciones de Bruce Willis más icónicas. Una película que fue un éxito en taquilla en su momento ya que partiendo de un presupuesto de 90 millones, consiguió recaudar más de 263 millones de dólares, El quinto elemento.
Esta cinta de culto en la que además de Willis participan actores como Milla Jovovich, Gary Oldman y Luke Perry, está dirigida por Luc Besson, quien además es el guionista y creador de la idea en la que se basa esta historia futurista.
Besson escribió el guion original cuando estaba aún estudiando en el instituto. El joven ideó esta historia, y el mundo en el que se enmarca, como forma de escapar de una infancia muy solitaria marcada por los constantes viajes y el divorcio de sus padres. Pero pese a escribir el libreto con 16 años, no fue hasta que cumplió 38 que pudo ver su obra terminada.
Dentro de este libreto se incluye el lenguaje que habla Leeloo (Jovovich) y que fue mejorado por la propia actriz que tenía problemas para aprenderlo, pese a saber hablar 4 idiomas a la perfección. Este idioma, que en inglés se conoce como 'Divine Language', contiene 400 palabras; y al final del rodaje, Besson y Jovovich consiguieron manejarlo con tal fluidez que mantenían conversaciones en él, y hasta se enviaban cartas el uno al otro para practicar.
Besson nació en París donde no vivió durante demasiados años debido a que sus padres viajaban constantemente debido a su trabajo, instructores de submarinismo. Precisamente esta profesión, y los constantes viajes del joven, le hicieron interesarse mucho por la biología marina. Pero su sueño se vio truncado en un accidente de submarinismo a los 17 años, fue entonces -viviendo en Francia de nuevo- cuando analizó lo que podía hacer y decidió que escribir le gustaba mucho.
Cabe señalar, como dato curioso, que en la cinta hay dos personajes radicalmente enfrentados: el héroe y el villano. Willis daba vida al primero, Korben Dallas, mientras que Oldman se encargaba del segundo, Jean Baptiste Emanuel Zorg, y nunca compartieron plano. Es más, si estás atento verás que no se comunican en ningún momento de la cinta y no son conscientes de la participación del otro.