Inspirado por la francesa Cinéastes de Notre Temps, el serial de documentales Cineastas Contados nació en 2013 como una nueva iniciativa cinematográfica en España de lo más interesante: jóvenes cineastas retratando a veteranos maestros del cine español con el objetivo de reivindicar la figura de algunos de los directores más importantes de la industria en nuestro país.
Uno de ellos fue Carlos Saura, fallecido a la edad de 91 años el pasado 10 de febrero de 2023, que fue objeto de un retrato de lo más especial dirigido por Félix Viscarret (Vientos de la Habana): Saura(S), un retrato íntimo del director oscense y uno de los artistas más importantes de la historia de nuestro cine. Una película que entra en el mundo familiar de Saura, responsable de una filmografía que cuenta con más de cuarenta títulos entre las que se encuentran algunas de las cintas más reconocidas del cine español como La Caza, Cría Cuervos o La prima Angélica, y las relaciones que se establecen entre el creador, su obra y sus hijos.
Con motivo del comienzo del rodaje de Saura(S) en 2017, SensaCine tuvo la oportunidad, gracias a Doble Sentido, de hablar con ambos directores. Félix Viscarret y Carlos Saura, quienes realizaron interesantes reflexiones tanto sobre el documental que acababan de comenzar a rodar, como de lo que implica cada nuevo proyecto, de cine en general y de muchas cosas más.
Artículo original redactado por: Hugo González.
¿Qué posibilidades le vieron al proyecto para querer formar parte de él?
Félix Viscarret: El proyecto surge en un momento en el que una serie de directores de mi generación nos dimos cuenta de que a veces se alimentaba esa imagen un poco errónea y perversa de que cada director en España surgía de la nada, que renegaba de lo que había aprendido o visto y pensamos que sería bonito hacer una serie de retratos (cada uno de nosotros) de los directores de los que creíamos que habíamos aprendido, que nos habían inspirado, que nos habían enseñado a hacer cine en cierto modo.
Cineastas Contados coge la idea de la serie Cinéastes de Notre Tempsque surgió durante los años sesenta en Francia para revindicar los autores clásicos del país ¿Hemos olvidado a nuestros cineastas más fundamentales en España?
Carlos Saura: Yo no creo que haya sido así, y fuera de España mucho menos. No tendría que decirlo yo, pero tengo que decir que no a homenajes que me ofrecen por todo el mundo. Hemos estado en Italia, en Moscú, en Varsovia, en Francia, ahora tengo que ir a París... Tengo que decirte que hay una especie de recuerdo de mi obra que me sorprende, más que en otros momentos. Otras veces he ido a estrenar películas a los festivales, pero ahora ha surgido una especie de reconversión en la percepción que se tiene de mi carrera.
F.V.: Volviendo a lo que tú decías, la gran duda de si nadie es profeta en su tierra, de si en España Carlos sigue siendo recordado, creo que nunca está de más el refrescar, el repasar una filmografía tan rica, tan desbordante como es la de Carlos Saura, ¿le prestamos la atención que merece realmente? No lo sé. Este documental es para recordarnos lo que fue y poner las cosas en su sitio.
¿Por qué eligió a Carlos Saura para su documental?
F.V.: Son tantas cosas que espero no dejarme ninguna. Por como hacía el retrato de la familia española, que es un tema que a mí me toca mucho de cerca como director y realizador; su mirada hacia el pasado y su capacidad para tratar la historia. Por tener una filmografía increíble; por su abanico de estilos, desde el más simbólico al más realista. El espectro es tan amplio y tan variado en las diferentes etapas de su carrera... Yo pensaba que este documental era un buen momento para hablar de lo que es la creación artística, de lo que es el legado que se deja a la siguiente generación a todos los niveles; a nivel personal, a nivel creativo, etc. De ahí el estructurarlo en conversaciones paterno filiales –Carlos con sus hijos-.
¿Tiene miedo de que el retratado –en este caso el señor Saura- sea demasiado importante como para hacer un documental a su altura?
F.V.: Creo que como director siempre te enfrentas a tus fantasmas y claro que yo tengo los míos. Pero luego también con los años vas aprendiendo a reírte de esos fantasmas. Creo que cada acto de dirección es un acto temeroso, una aventura. Con Pedro Márquez, el director de fotografía del documental, hay una frase que nos repetimos mucho que él había visto en algún sitio, “no es arte si no es susceptible de ser un desastre en algún momento”. Creo que es necesario tomar riesgos.
Cada vez se hacen más películas pero cada día que pasa hay menos autores ¿Se está perdiendo la originalidad en el cine?
C.S: No sé si es exactamente eso. Lo que está pasando es que el cine ha pasado a una nueva etapa a partir de la digitalización. Las cámaras digitales permiten a cualquier persona hacer una película con muy pocos medios, y pueden hacer una obra maestra, el problema es que no conocemos las obras que tienen calidad, no hay una selección, ni siquiera se sabe quién puede hacer esa selección. Luego está el cine americano, que es otro mundo, es inabordable, el cine de efectos especiales, aunque sí que es verdad que hay un cine americano muy interesante, pero lo que vende son las grandes producciones. Los que estamos haciendo un cine más sencillo tenemos una situación difícil con las televisiones, nuestra distribución está un poco en contra de eso. El problema ahora es quién te distribuye la película si no es la televisión. El cine se encuentra en un momento fantástico en cuanto a posibilidad, en la práctica es más complicado. Hemos cambiado mucho, pero ese cambio es muy interesante.
En el primer episodio de cineastas contados, Virginia García del Pino hace un repaso de la obra y después el documental se convierte en un retrato más personal de Basilio Martín Patino ¿Cuánto de la obra y cuánto de la persona vamos a ver en vuestro documental?
F.V. Ahora es pronto para decirlo, estamos todavía esculpiendo, estamos dando forma al documental. Estamos a mitad del rodaje de lo que son las conversaciones paterno filiales en el plató. Te puedo decir que en muchos momentos son las películas las que hablan de él, pero también es su actitud vital a la hora de irse enfrentando a cada uno de los retos lo que me interesa, cuánto habrá de uno y de otro son dos caras de la misma moneda.
A Carlos Saura. Si tuviera la oportunidad de realizar un documental sobre un director como el que están haciendo sobre usted ¿qué director elegiría?
Me metes en un problema. Hay tanta gente estupenda por ahí. Me hubiera gustado hacer eso sobre Buñuel. Tuve una relación muy estrecha con él. Formaba parte de algo muy especial. Cuando Buñuel vino de hacer Viridiana, yo le conocí por primera vez. Cuando hizo Viridiana, en España era un absoluto desconocido. Yo he hecho todo lo posible para que en España fuese conocido Luis Buñuel, me parecía una injusticia que no se le conociera. Me gustaría hacer algo sobre él porque me parece una de las figuras más grandes de la historia del cine mundial. No siempre ha sido visto cómo debería ser, que es como uno de los grandes imaginativos, de los grandes cineastas que han trabajado sobre la imaginación de una manera realista, esa imaginación que es el recuerdo, los pensamientos. Pasa con otros como Bergman o Fellini. Es lo que nos queda, Buñuel ha sido uno de los grandes olvidados en este país.
A Carlos Saura. Han pasado más de 50 años desde que rodó La caza ¿Hemos cambiado mucho como sociedad, como pueblo, los españoles desde los sesenta? O seguimos siendo envidiosos y llenos de odio como los protagonistas.
Seguimos siendo rencorosos y envidiosos, eso seguro. Y desde luego corruptos, tenemos algún que otro ejemplo cercano (risas). Pero España, como país, ha cambiado muchísimo. Hace poco se editó un libro en Alemania sobre mi fotografía en los años 50 y 60. No tiene nada que ver, los pueblos, sobre todo del norte, tan oscuros… la miseria que había en Andalucía, etc. Es totalmente diferente a lo que somos ahora. Ahora somos un país europeo.