Antes de acudir a la ceremonia de los Oscar el próximo 26 de febrero como productor de Manchester frente al mar, Matt Damon estrena este viernes 17 de febrero La Gran Muralla, la última película dirigida por el cineasta chino Zhang Yimou, director de La casa de las dagas voladoras, Hero y La maldición de la flor dorada, entre otras. El filme es una co-producción entre EE.UU y China y, ambientado en la China del siglo XV, relata con tintes sobrenaturales la construcción de la muralla más grande del mundo.
Matt Damon llevaba mucho tiempo queriendo trabajar con Zhang Yimou y no dudó ni un instante cuando se le presentó esta oportunidad. Sólo había un problema. Sabía que el rodaje iba a transcurrir en China y que se prolongaría durante unos cinco o seis meses. "Fue una decisión familiar importante", explica. "Quería hacer la película pero sabía que era un compromiso de cinco o seis meses y nunca dejaría a mi familia durante tanto tiempo. Así que se lo conté y les gustó la idea. Estaban preparados para la aventura, y lo hicimos. Fue genial. Es genial tener la oportunidad de sacar a tus hijos… Que puedan ver el mundo e interactuar con él para que crezcan y comprendan que es más grande que su barrio".
Una amenaza sobrenatural
El protagonista no habla mandarín y, por tanto, se relacionó con el director a través de un traductor. ¿Cómo fue la experiencia? "Sus notas eran muy claras y muy… Siempre eran de ayuda. Tuvo grandes sugerencias para mí durante todo el proceso y siempre supe exactamente qué necesitaba [...] Lo que eché de menos fueron esos momentos… Cuando haces una película, tienes todas estas horas en las que simplemente estás sentado junto al otro entablando conversaciones. Y eran difíciles de entablar, obviamente. Porque es difícil tener conversaciones sin importancia con alguien cuando lo haces a través de un traductor. Sientes que todo lo que dices tiene que tener algún valor".
Tian Jing, Willem Dafoe, Andy Lau, Pedro Pascal y Pilou Asbæk, entre otros, completan el reparto de la cinta. En La Gran Muralla, los soldados británicos deben convivir pacíficamente con los aldeanos de los alrededores y todo funciona con normalidad. Al menos hasta que dos militares ingleses descubren que la edificación no sólo sirve para defenderse de los mongoles, sino que también actúa de barrera para resguardarse de una amenaza mayor y sobrenatural. Fantasía, aventuras y mucha, mucha acción.