La saga de 50 sombras cuenta con un buen número de seguidores, aunque también con muchos detractores. Mientras unos ven la historia de Christian Grey y Anastasia Steele como una atrevida historia de amor, hay quien se fija en otras cosas, lo que da lugar a las teorías más descabelladas. Un colaborador de MoviePilot ha recogido algunas pistas que indicarían que Ana padece anorexia.
En las dos películas que ya han sido estrenadas, pocas veces se ve a Anastasia comiendo. Tal y como indica el artículo, todo el rato se queja de que ha perdido el apetito y apenas puede acabar la comida que tiene en el plato. De hecho, hay una escena en la que invierte su tiempo en hacerse un buen sándwich lleno de carbohidratos, pero luego deja que se lo coma su compañera de piso sin decirle nada. Este es solo un ejemplo de las veces que Ana apenas hace caso a la comida que tiene delante.
Esto continúa en la secuela, Cincuenta sombras más oscuras. Cuando accede a comer con Christian porque está hambrienta, él le pide un jugoso filete, pero ella lo cambia de inmediato y se decanta por una ensalada de quinoa, un plato que tampoco vemos cómo se come.
No se lleva comida a la boca, pero lo que sí hace es morder todo tipo de objetos: bolis, lápices... El colaborador de MoviePilot ha hecho una pequeña lista de lo que realmente vemos que come en la primera entrega: vino rojo, vino blanco, una aspirina, chupitos de vodka, un bocado de una tostada, una cucharada de gazpacho... No es una dieta equilibrada, precisamente. Además, hay quien ve el diminutivo de su nombre -Ana- como una relación directa con el nombre que reciben las víctimas de la anorexia. Al igual que la hermana de Christian se llama Mia, el nombre de las chicas que sufren bulimia.
Esta teoría podía quedarse solo en eso, meras especulaciones, pero en 2014 se publicó un estudio llevado a cabo por el Diario de la Salud de la Mujer en el que indicaba que el hecho de que Ana no coma en pantalla afecta negativamente a la audiencia. Después de entrevistar a 650 mujeres de entre 18 y 24 años, la investigación llegó a la conclusión de que la gente que lee la saga es más propensa a sufrir un desorden alimenticio.
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