Seijun Suzuki, el legendario director japonés de títulos como Marcado para matar, El vagabundo de Tokio u Ocho horas de terror, y uno de los realizadores favoritos de Quentin Tarantino, ha muerto a los 93 años el pasado 13 de febrero, informa The Hollywood Reporter. Suzuki ha fallecido en un hospital de Tokio, en Japón, después de una batalla contra una obstrucción pulmonar crónica. Sus obras protagonizadas por la yakuza -la mafia japonesa- fueron consideradas como clásicos e influyeron, entre otros, a cineastas como el mencionado Tarantino, Jim Jarmusch, Wong Kar-wai y Takeshi Kitano.
Su muerte ha sido anunciada por Nikkatsu, el estudio que lo despidió en 1967 después de 12 años de colaboración y más de 40 películas a raíz de su ahora considerada como obra maestra Marcado para matar. El filme se rodó en blanco y negro como castigo por su trabajo en El vagabundo de Tokio un año antes. Nikkatsu quería que fueran cintas de serie B de gánsteres, sin más, pero el estilo experimental, poco convencional y hasta humorístico de Suzuki fue demasiado para los jefes del estudio.
Debido a esta situación, Suzuki demandó a Nikkatsu por despido improcedente y, apartado por la industria, no pudo ponerse detrás de las cámaras durante una década. Entre sus películas destacan también El baile de los sicarios (Pistol Opera), La vida de un hombre tatuado, La puerta de la carne, Zigeunerweisen, Historia de una prostituta o Princess Raccoon (2005), su último trabajo.