Mejor actor protagonista
Sin duda, la candidatura más abierta de la noche, sin un ganador claro a primera vista. Si fuéramos estrictos y analizáramos realmente cuál es la mejor interpretación, es probable que esta fuera para Casey Affleck, por su escalofriante capacidad para interiorizar las emociones en ese drama superlativo que es Manchester frente al mar. Por la contra, su máximo rival debería ser Denzel Washington, cuya interpretación en Fences, es todo lo contrario: una puesta en escena híper-teatral, con grandes gestos mayéstaticos y monólogos mirando como cae la lluvia que lo acerca a un terreno casi shakesperiano. No descartaría un premio loco para el enorme Viggo Mortensen, sino fuera porque su nominación ya es un premio en sí misma. Más difícil es que Gosling se haga con el Oscar –está lejos de sus mejores interpretaciones: Cruce de caminos (2012), Todas las cosas buenas (2010), Blue Valentine (2010), Half Nelson (2006)…- y, bueno, aún no he encontrado a nadie que entendiera que hace Andrew Garfield aquí y no en los Razzie.