Scarlett Johansson no duda ni un segundo en elegir quién ganaría en una pelea entre uno de sus personajes más míticos, Viuda Negra, y su papel más reciente, la Mayor de Ghost in the Shell. "La Mayor, por supuesto. Mi cuerpo es de titanio", declara entre risas. Curiosamente, ambas tienen mucho más en común de lo que parece a simple vista, especialmente por el entrenamiento físico.
Mientras que la miembro de Los Vengadores tiene que enfrentarse a grandes escenas de lucha, lo complicado de interpretar a la protagonista de Ghost in the Shell recae en su condición de cyborg: "Todo lo que hace el personaje es con intención y no hay nada superfluo en sus movimientos".
Para poder meterse en la piel de la Mayor, usó el siguiente truco: "Si quieres sentarte en una silla, no eres consciente de la actividad neurológica que ocurre para que tú te sientes. Tú solo dices que te quieres sentar ahí y tu cuerpo lo hace por ti, a pesar del complejo proceso. Para este personaje me imaginé que tiene ese pensamiento y su cuerpo le sigue, que existe un espacio entre las conexiones del cuerpo y la mente. Están un poco desconectados. Me di cuenta de que en ese espacio, hay mucha intención".
Vuelta a Tokio
Uno de los primeros papeles que ayudó a Scarlett Johansson a alcanzar la fama mundial fue el de Charlotte en Lost in translation, una joven que acompaña a su pareja a Tokio y conoce la soledad de los hoteles. Por aquél entonces tenía 17 años, era una de sus producciones más grandes y se encontraba a más de 10.000km de su casa; es decir, estaba viviendo lo mismo que su personaje.
"Estaba viviendo una existencia muy parecida a la de mi personaje en muchos sentidos. Me sentía fuera de mí misma, estaba en un lugar de transición, estaba entre una mujer joven y una chica. Recuerdo trabajar todo el tiempo, trabajábamos todo el tiempo. Rodamos esa película en 27 días o algo así, lo que es una locura. Fue un poco solitario rodar esa película, un poco solitario. Estaba viviendo la vida de mi personaje en cierto sentido", declara Johansson.
Dirigida por Rupert Sanders (Blancanieves y la leyenda del cazador) y ambientada en un Japón futurista, la película sigue los pasos de Motoko Kusanagi (Scarlett Johansson), la líder de la Sección 9 dedicada a luchar contra ciberterrorismo y crímenes tecnológicos. Entre sus compañeros destacan Aramaki (Takeshi Kitano), al mando, y Batou (Pilou Asbæk), un exmilitar de lo más salvaje.