Si hay algo que comparten todos los directores nuevos del universo Star Wars es su miedo por tener que estar al nivel de la mitología que hay alrededor de la saga. No es fácil hacer una nueva entrega de La Guerra de las Galaxias sabiendo que todo el mundo tiene los ojos puestos en tu trabajo. Gareth Edwards lo tuvo muy en cuenta a la hora de dirigir Rogue One y, entre otras cosas, sabía que no podía introducir cualquier elemento que se le viniera a la mente.
Edwards introdujo a los Death Troopers, al igual que los U-Wings, en el 'spin off' sabiendo que tenía que hacerlos desaparecer para guardar la continuidad con Una nueva esperanza y el resto de películas de la trilogía original.
"No ves Snow Trooper o Speeder Bikes en Una nueva esperanza, así que creo que es justo decir que el Imperio y Star Wars en general tiene diferentes vehículos y diferentes tipos de soldados para determinadas áreas. Siendo un gran fan de Star Wars, mi sueño es ser capaz de añadir algo a la ecuación y que sea algo como los Death Troopers o las naves. Pero entonces tienes que justificar su existencia, no contradecir el canon de las películas", explica en una entrevista con Collider.
Por este motivo, Edwards se encargó de que todos ellos desaparecieran en la batalla de Scarif: "Tenemos que asegurarnos de que cualquier cosa significativa como esa, que era nueva, iba a ser erradicada durante los sucesos ocurridos en la película".