Christian Bale podría llevarse el premio al actor que más cambios de peso ha sufrido. Y todos ellos por cuestiones de guion. Cuando consiguió el papel de Batman, Bale acababa de rodar El maquinista y no pesaba ni 60kg -mide más de 1,80 metros-.
Nolan le pidió que engordase para estar lo más grande posible, sin saber que Bale se lo toma todo muy en serio. Seis meses después pesaba casi 100 kilos -practicamente dobló su peso- y el equipo decidió que estaba 'demasiado' gordo. Se metió de nuevo en un entrenamiento que le dejó en un cuerpo con mucho músculo y nada de grasa. Una experiencia no apta para todo el mundo.