Heath Ledger podía encajar fácilmente en la descripción de un genio: tenía mucha energía, mucha creatividad y apenas dormía. Le encantaban artistas como Kurt Cobain y Janis Joplin, ambos pertenecientes al Club de los 27 -grupo de músicos que fallecieron a esa temprada edad-, y él mismo pensaba que era como ellos, que no iba a vivir mucho tiempo, por lo que se dio prisa en cumplir sus sueños.
Mientras trabajaba en I'm Not There, Ledger sentía que no podía estar con Michelle Williams [su pareja] y Matilda [su hija] todo el tiempo que quería. Creía que estaba perdiendo el control, por lo que tomaba pastillas para dormir.