Este jueves 25 de mayo los piratas de Disney regresan a la gran pantalla con Piratas del Caribe: La venganza de Salazar. Las salas de cine recibirán este fin de semana la nueva historia de los corsarios más temidos y locos de los siete mares capitaneados por tres peculiares y fuertes personajes Jack Sparrow (Johnny Depp), Héctor Barbossa (Geoffrey Rush) y Salazar (Javier Bardem).
Gracias a Disney, SensaCine ha tenido la oportunidad de hablar con el veterano actor australiano ganador de un premio Oscar por Shine. Rush lleva dando vida a Barbossa desde la primera entrega de la saga, y en cada nueva interpretación deja patente su alto nivel como actor y su versatilidad, ¿ganas de verle de nuevo en la gran pantalla?
Desde la primera película hasta esta quinta Barbossa ha evolucionado mucho, ¿cómo valoras estos cambios a lo largo de la saga?
Me gusta que utilices la palabra saga, la mayoría de las personas dicen franquicia y no me gusta llamarlo de esta forma porque suena a algo corporativo, pero desde mi relación con este proyecto siempre lo he sentido como algo muy creativo. Desde el comienzo de este proyecto la tecnología ha avanzado mucho. Él ha cambiado mucho.
Creo que en la primera película Barbossa es descrito antes de entrar en escena. Hablan sobre Barbossa y uno de ellos dicen que es alguien muy presumido, egocéntrico, pretencioso, pero un poco despiadado y letal. Salido desde la misma boca del infierno. Esto ya te da una gran imagen sobre cómo va a ser este personaje en la saga. Pero en el curso de la historia completa es capaz de convertirse en un político cuando es necesario, por ejemplo en la tercera necesita reunir a los 9 lores juntos, como el G20. En la cuarta -me encanta esa- explora toda la vanidad del personaje ya que ahora se siente superior a Jack Sparrow al trabajar para la Casa Real.
Y en esta tiene todo lo que quiera, una barba blanca y todo el poder de la espada. Además controla una sociedad mercantil, es un pirata corporativo con un sentido terrible para la moda, es como Saddam Hussein teniendo grifos de oro en el baño. Vive como si estuviera en Las Vegas, con muchos objetos brillantes, doradas, todo está muy recargado, grotesco. Pero eso sí, manteniendo la misma mala dentadura. Han provisto de nuevos estímulos al personaje, así como de un secreto muy antiguo, ¿hay alguna vulnerabilidad en Barbossa?
¿Qué es lo mejor recuerdas del rodaje de Piratas del Caribe: La maldición de la Perla Negra?
La bien que toleré el mar. No me gusta el océano, nunca fui cuando era pequeño. La primera vez que viajé lejos de Australia, con 23 años, cogí un barco desde Brisbane a Hong Kong y recuerdo que había un bloque de hielo, seguramente en el mar del Sur de China. En ese viaje también encontramos una tormenta terrible. No disfruté de eso nada en absoluto. Por lo que estoy muy agradecido la primera película porque nunca me he puesto malo en el mar pese a estar durante semanas y semanas en el mar, todos los días. Subiendo a la Perla Negra sin reparo. Además tenía piernas de marinero, hasta que perdí una [bromea].
¿Qué crees que más fácil: rodar en el mar o en un estudio?
Entendía el desarrollo estético de los directores. En las cuatro primeras películas estuvimos principalmente en el mar, pero gradualmente fue cambiando la situación incluyendo cada vez más CGI, como cuando al final de la cuarta estábamos en la Fuente la Juventud. Ese lugar estaba construido dentro de un estudio y rodeado por completo de pantallas verdes para crear los distintos efectos mágicos, como el agua subiendo. Había algo realmente aventurero en estar en la Perla Negra cada día viendo la proa y la popa moviéndose constantemente... Estando sobre el timón mirando alrededor y sintiendo que era un pirata. La realidad era muy palpable.
Pero en esta caso pienso principalmente en el barco de Salazar. Nunca habrían encontrado el tipo de océano que querían. Joachim, Espen y Jerry quería un mar muy engañoso, un mar psicodélico y peligroso. Por lo que construyeron todos los barcos dentro. Creo que los únicos barcos que tocaron el mar fueron 'The Dying Gull' y el bote del ataque de los tiburones. Pero yo no he estado cerca del mar en ningún momento en esta entrega.
¿Qué es lo mejor ser un pirata en esta saga?
Supongo que la gente con la que he trabajado, los otros villanos. Desde que comenzase a ser un villano en la primera película he tenido muchos adversarios. Por ejemplo, trabajar con Chow Yun-Fat fue extraordinario. Nunca había trabajado con un actor asiático en un proyecto como este y es fantástico vivirlo porque en algunas escenas tan solo le miraba y me sentía como en una ópera de Pekín porque parece algo muy grande, pero cuando la cámara se acerca, él pone mucha atención a todos los detalles. Realmente es alguien al que fascina ver en acción. Una forma muy distinta de interpretar y de vivir.
También trabajé con Ian McShane como Barba Negra y Bill Nighi como Davy Jones, y ahora Javier,... Con Salazar sabía que estaba conociendo al adversario más peligroso de todos, con la mitad de su cerebro desaparecido tiene el aspecto de un psicópata. Él introdujo un extraordinario poder dentro de esta transformación. Cuando Salazar aparecía caminando por las escaleras con los dos bastones y se enfrentaba a mí, con mis heridas y mi pierna de palo, parecíamos dos cangrejos a punto de tener sexo o algo parecido. Además, nadie me dijo que él haría todo su diálogo con ese líquido negro cayéndole por la boca.
Al ver eso, en seguida entras en la mente de, ¿cómo es Barbossa? Un estratega. ¿Cómo va a sobrevivir a esto? Ahora es un pirata muy mayor, todos hemos envejecido 20 años. Soy el arrogante, egocéntrico, despiadado y narcisista pirata, mientras que Jack es el payaso y el héroe. Johnny sería el primero en decir que es un borracho muy inteligente, tanto que nunca sabes si está borracho o es un genio. Es un héroe existencial.
Pese a ser tan distintos, Jack y Barbossa tienen mucha química juntos, ¿cómo se mantiene tras tantos años?
Creo que hay un extraño respeto mutuo. Por eso me gusta el desarrollo de esta quinta parte. Incluso en esta cinta hay secretos del pasado que ya sabes, porque la premisa de la película siempre ha sido que Jack tenía la Perla Negra en un principio, pero en la primera película te cuentan que me amotiné y se la robé. Esa es la relación entre ambos: Jack con la Perla Negra significa que no hay drama y será un pirata muy feliz y libre. Pero nuestra relación simbiótica es de 'me robaste a la novia'.
¿Qué prefieres: ser el villano o ser el héroe en el cine?
Nunca he sido el héroe en nada porque no he querido. Cuando estaba sobre el escenario interpretando a Shakespeare o Beaucarchais, siempre intentaba ser el otro, el forastero. El personaje que es distinte, que no es el chico guapo y heroico. Pero quizá en la saga de los piratas me tenga que decir a mi mismo que sí soy el héroe, pese a los dientes y a la pierna de palo. Soy la persona número uno.
Tu carrera como actor es muy extensa, ¿cuál ha sido el mayor reto al que te has enfrentado delante de una cámara?
Hay muchos, pero ninguno que destaque por encima de otros. Me suelo sentir muy cercano a los proyectos en los que hay un objetivo. En algunos proyectos he interpretado roles principales que eran complicados, y en otros, como Piratas del Caribe, lo complicado no es la personalidad si no el movimiento y la lucha. Recientemente he dado vida a Albert Einstein en una serie de televisión y tenía diálogos muy largos sobre física teórica. Es como si un martillo golpeara tu cabeza.
Javier Bardem ha dicho que interpretar con pantallas verdes le resulta complicado porque requiere de mucha imaginación para visualizar lo está pasando, ¿en tu caso es igual?
Asumo que él tiene un pasado en el teatro, sé que su madre lo tiene. En mi caso yo he pasado más de dos décadas y media haciendo teatro, un lugar donde estás casi todo el tiempo imaginando cosas sobre el escenario. Tienes algo para guiarte, pero generalmente el diálogo conduce la narrativa más que lo que está alrededor. Por ello, aun cuando estábamos sobre los barcos hidráulicos y estos no paraban de moverse rodeados de pantallas verdes, imaginabas lo que ellos querían. Entonces encendían un láser y te señalaban un punto en el que está la estrella a la que tienes que mirar o el sol que está saliendo. Otro caso es la llegada a la isla cubierta de diamantes. Teníamos un área tan grande como esta habitación [pequeña] y el resto se añadía posteriormente con el ordenador.
Johnny Depp y tu lleváis trabajando juntos desde el principio de la saga, pero los directores han ido cambiado...
Me encantaba trabajar con Gore [Verbinski] porque tenía una imaginación desbordante que jugó un papel clave en las tres primeras películas. Después llegó Rob Marshall y ese fue un cambio muy interesante porque es un coreógrafo brillante de Broadway y de Hollywood, y aunque mucha gente pensó que era raro porque venía del mundo musical principalmente, él tenía mucho talento controlando a ochenta piratas luchando en un barco. Sabía exactamente cómo coreografiar eso, en colaboración con los equipos de efectos especiales y doblaje.
Pensé que era muy atrevido por parte de Jerry intentar inyectar sangre nueva a la saga. Con Joachim [Rønning] y Espen [Sandberg] era distinto, nos referíamos a ellos como los 'Vikingos'. Yo estaba muy contento de que Jerry viera Kon-Tiki, le gustase y se diera cuenta de que eso era lo que necesitábamos, sangre fresca en lugar en buscar un clon de Gore o Rob Marshall. Simplemente, gente que ofrezca un nuevo acercamiento a la historia.
Creo que ellos estaban en la Universidad cuando la primera película se estrenó y seguramente os digan que esa cinta tuvo un gran impacto en ellos, un momento en el que pensaron que algún día querían hacer algo como eso.
Además, me gusta mucho que hayan introducido su sentido de humor noruego en la película, como en el momento en que Jack Sparrow está atrapado en la guillotina y no hace más que girar. Es maravilloso. Ese sentido de la comedia, del ritmo, creo que tienen una capacidad única para hacerlo.
¿Cómo ha sido el rodaje de esta película en comparación con las cuatro anteriores?
Durante las primeras cuatro películas pasé mucho tiempo en el mar. Íbamos día tras día, semana tras semana, mes tras mes, a rodar al mar. No había prácticamente nada hecho por ordenador. Cuando estábamos en la Perla Negra, el Interceptor o el Holandés Errante, estábamos sobre barcos reales.
Pero creo que en esta había diez barcos formados por estructuras hidráulicas monstruosamente grandes y rodeados por pantallas verdes porque, concretamente con el barco de Salazar, querían mares que fueran muy fantasiosos, algo que no encuentras en la vida real.
Creo que todo eso encaja muy bien con la película. Cuando la vi me quedé sorprendido. Es muy distinto... Al final cuando se abre el mar por la mitad y transcurre la acción en medio es sorprendente, porque en la realidad estaba Kara en el suelo con la gente de efectos especiales señalando dónde estaría el agua. Pienso que el trabajo de los responsables de efectos especiales y arte es grandioso.
Interpretaste a uno de los primeros superhéroes del cine en Mystery Man cuando el género estaba naciendo, y ahora el séptimo arte está plagado de ellos...
Siempre me ha sorprendido pero creo que Mystery Man tiene un culto online. La gente la ve todo el tiempo, compran el DVD o lo que sea. Me gusta esa película porque tenía un sentido del humor que mezclaba la cultura pop y la fantasía, con unos personajes de clase obrera de los suburbios que en realidad no tenían poderes de superhéroe muy importantes. Siempre me he sentido decepcionado de que no haya funcionado como pienso que podría haberlo hecho.
Estos piratas también son superhéroes. Estoy muy agradecido de haber podido estar en el renacer del género de piratas, algo que muchos habían intentado antes pero que no habían logrado de forma tan exitosa. Y me gusta porque, no importa si es real o generado por ordenador, esta historia tiene una forma de atraer a los espectadores de forma única. Mezcla el mar, el pasado, la naturaleza, la fantasía... Y nadie lleva 'spandex', los trajes son exóticos e interesantes. Todo es sobre la libertad de las hermandades de criminales en el mar. Para mí es una historia que atrae mucho porque el siglo XVIII es un periodo fascinante en la historia, un momento en el que muchos países imperiales colonizaron el mundo, y se viajaba mucho desde Europa a las Indias o el Océano Pacífico. Y había gente que iba y robaba. [bromea]
Recientemente también has aparecido en otro Blockbuster, Dioses de Egipto...
Alex Proyas [el director] es alguien con mucha imaginación y lo que intentaba hacer era una película fantástica similar a Paradise Lost, la típica epopeya grandiosa. Cuando me lo dijo pensé que no conseguiría el dinero para lograrlo.
Debido a su infancia en Egipto se sentía fascinado por toda la mitología egipcia, por los dioses y todo eso. Hable con él y me propuso dar vida al Dios del Sol y acepté. Acaba de dar vida a Lady Bracknell en el teatro en The Importance of Being Earnest, creo que acababa de terminar el rodaje de Piratas del Caribe y estaba planeando interpretar al Rey Lear en el teatro, así que cuando me dijeron que quería verme levantando el Sol en la Tierra me imaginé ese momento y estaba maravillado. Desafortunadamente no triunfó en taquilla.
La elegí porque la forma de crear a un dios mitológico y conseguir que sea creíble es sobrenatural. Inicialmente querían que estuviera vestido con las antiguas ropas egipcias pero dije que no, que debería ser un ermitaño, un monje. Tendría que estar calvo y su piel debería estar quemada porque siempre está en el sol y necesita una buena crema protectora [bromea].
Has estado en la saga de Piratas del Caribe durante quince años, ¿hay una fecha límite?
¿En cuántas películas de James Bond ha estado Sean Connery? [bromea] Sinceramente no lo sé, estoy seguro de que hay un número limitado de vida pero quién sabe el tiempo que seguirá la franquicia. Creo que Bond lleva 25, ¿cierto? X-Men lleva más de 9, Star Trek debe batir el récord. Siempre que haya ideas frescas, y sé que Jerry se está esforzando por buscar nuevos guiones y nuevas líneas argumentales.