A pesar del largo proceso de producción por el que pasa una saga como Star Wars, a veces los errores llegan a la gran pantalla -y no hablamos de ese supuesto "¡Carrie!" que grita Luke en el Episodio IV-. Como recordarás, uno de los soldados imperiales de esa entrega se pega accidentalmente en la cabeza, un gazapo que llegó al montaje final.
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Pues bien, The Hollywood Reporter ha logrado contacar con el hombre que se esconde debajo del uniforme imperial. Se llama Laurie Goode y cuando rodó el filme tenía 31 años. En la entrevista reconoce que él no fue el único que se dio contra esa parte del decorado y que justo el día que se rodó esa secuencia, estaba malo del estómago.
A mediamañana, ya había ido tres o cuatro veces al lavabo. Cuando ya estaba vestido y de vuelta al set de rodaje, sentí la necesidad de volver al baño, pero ya estaba en el plano. En la cuarta toma, mientras me movía, sentía que mi estómago retumbaba y ¡Bang! Me golpeé en la cabeza. Como no me estaba moviendo muy rápido, fue más un gopecito, no dolió, pero como nadie gritó "¡Corten!", pensé que el plano no era lo bastante amplio como para que yo saliese en él.
Goode estaba convencido de que esa toma no llegaría a la versión final de Una nueva esperanza, así que se quedó impactado cuando vio su golpe en pantalla grande: "Pensé '¡Oh dios mío, ese soy yo! He estado contando la historia a la gente desde que ocurrió".
