JK Rowling sentía que Nevilla y Luna hacían un gran equipo, aunque nunca tuvo la intención de juntarles como pareja. Era inflexible sobre este asunto, pero, a medida que escribía más y más, este potencial romance siempre aparecía en su mente
Al final, Rowling decidió que convertirles en pareja habría sido "demasiado ordenado" y terminó descartándolo.