4. El ecologismo
Pero claro, “madre” no sólo puede hacer referencia a la Virgen María, sino también a la Madre Naturaleza. El mismo Aronofsky ya ha dejado caer que por ahí van los tiros, y tras pensarlo un poco puedes llegar a imaginar un paralelismo entre la odisea de Lawrence y el daño que los humanos le hemos hecho al mundo. Al fin y al cabo, la protagonista estaba muy bien sola en medio del campo, hasta que aparecieron visitantes inesperados que empezaron a coger cosas de su casa sin permiso, y a seguidamente romperlas.
La metáfora está bien planteada y funciona transmitiendo la desesperación de la protagonista, pero cuenta con un pequeño problema. Y es que, si se quiere transmitir un mensaje ecologista, no parece muy adecuado que Aronofsky lo lance de manera tan ambigua, con una gran probabilidad de que sólo lo pille el público tras darle muchas vueltas o buscarlo en Internet.
5. Los homenajes cinéfilos
Por muy furiosamente original que quiera ser Aronofsky, hay veces que no puede resistirse a dar muestras de su exquisita cinefilia. Por ello, un aspecto fundamental de madre! lo suponen las referencias a clásicos del cine, voluntarias o no. El hecho de que la mayor parte del argumento transite por el camino del terror, aunque la peli al final sea algo mucho más complicado, conduce a unos motivos visuales que ya hemos visto antes a lo largo de la historia del género. Casas encantadas, cosas desagradables que aparecen en el baño, oscuridad, sustos, corazones arrancados...
Por encima de todas estas referencias destaca la huella de La semilla del diablo, dirigida por Roman Polanski en 1968, cuyo cartel incluso inspira uno de los de madre!. Ambos films tienen como protagonista a una mujer embarazada a quien su marido da de lado en beneficio de una gente extraña que parece estar conspirando contra ella, y concluyen con un final inquietante.
