Santiago Mitre ha presentado este mes de septiembre en el Festival de Cine de San Sebastián su última película, La Cordillera, un drama en el que el presidente de Argentina, interpretado por Ricardo Darín, asiste a una cumbre de países latinoamericanos con el objetivo de crear una Alianza petrolera transnacional. Esta tensa reunión se celebra precisamente en la cordillera de los Andes, en un momento muy complicado para su gobierno que se ve envuelto en un caso de corrupción, y para el propio Hernán Blanco que debe solucionar un asunto personal antes de que este se haga público.
La política se entremezcla con la vida y el drama para crear una historia que ha sido recibida en el Zinemaldia por la crítica nacional e internacional, con la presencia de su director y sus protagonistas. SensaCine ha tenido la oportunidad de hablar con todos ellos para conocer mejor cómo se ha creado un proyecto tan ligado a la actualidad como este.
Ricardo Darín ha explicado que una de las cosas que más le motivaron de la película es la mezcla de los dos troncos narrativos: "La idea de un tipo en una situación de construcción de poder personal, político, aprovechando un evento como es una cumbre de presidentes, viendo esa oportunidad tan cercana. Mezclado con esta otra vertiente narrativa que es la aparición de la problemática íntima de su hija. [...] Siempre miré eso con fantasía preguntándome cómo serán estos tipos cuando no los miramos, cuando no estamos presentes, cuando están en soledad o cuando se encuentran entre ellos y se confiesan cosas o se dicen cosas contrarias a las que luego eligen decir en público".
El director ha destacado la intención de hacer reflexionar al espectador en su cinta, desde que hiciera El estudiante, siempre se ha interesado el tema político y abordarlo desde el tema de ficción me resulta muy atractivo. Por su parte, Anaya, que da vida a una periodista, reconoce que le encanta su papel de representante del pueblo, de una mujer capaz de ponerse delante de un presidente en una cumbre de presidentes y preguntarle si cree en el bien y en el mal. "Cuando leí en el guion dije ojalá los periodistas también preguntasen eso a los políticos, ojalá como lo preguntaba Oriana Fallaci, que fue el modelo que me dio Santiago", reconoce la actriz.