Porque puede llegar a ser alguien muy extraño
Sin dejar de lado Enemy, hemos de comentar que, pese a su humildad y cara de buena persona, Villeneuve es capaz de visualizar las cosas más inquietantes en pantalla. El segundo film que dirigió en Hollywood está plagado de símbolos e imágenes que no por ininteligibles causan menos desasosiego, enrareciendo todo lo que rodea a Jake Gyllenhaal y haciendo que el film, pese a que cuando acabe uno no crea haber entendido nada, funcione. Las arañas y el susto que te provocan cada vez que aparecen ayudan también.
Ni Prisioneros ni Sicario son ajenas a este dominio de los resortes del terror, abundando uno en el suspense constante gracias a lo efectivo de la atmósfera, y otro en lo mismo gracias a una puesta en escena que da lo mejor de sí misma en las escenas de acción. Y sí, puede que Sicario no tenga un gran guión, pero puede que nunca olvidemos aquel tiroteo en medio de un atasco.
Porque en el fondo no es más que un fan
La razón por la que Villeneuve tuvo el valor de hacerse cargo de Blade Runner 2049 fue la misma por la que, ahora, parece estar a punto de dirigir una nueva versión de Dune: es un gran amante de la ciencia ficción. La Dune original fue dirigida por David Lynch después de que varios directores -entre ellos Ridley Scott, que acabó abandonando para dirigir Blade Runner- fueran vinculados al proyecto, pero el resultado final no acabó siendo demasiado satisfactorio.
En caso de que Villeneuve acabe llevando Dune a buen puerto -y no la deje de lado por el proyecto de Cleopatra o la adaptación de la novela The Son, de Jo Nesbö- no sólo se confirmaría como una de las personalidades clave del sci-fi, sino que también, más importante, disfrutaría muchísimo. Que, al fin y al cabo, es la virtud más reseñable de este cineasta: él disfruta dirigiendo, y nosotros lo hacemos con lo dirigido.