"En tiempos de desdicha y sufrimiento, te abrazaré, te acunaré y haré de tu dolor el mío" (El diario de Noa, 2004)
La película de Nick Cassavetes es una de los dramas románticos más recordados de los últimos años, contando con un público fiel que ha llegado a erigirla como una especie de Pretty Woman para las nuevas generaciones. Por mucho rechazo que pueda causar en algunos su militante cursilería, hay poca gente que se resista a su demoledor desenlace, y mucho menos a la promesa que en cierto momento Noa (Ryan Gosling) le hace a Allie (Rachel McAdams).
"-He luchado en vano y ya no lo soporto más. Estos últimos meses han sido un tormento. He luchado contra el sentido común, las expectativas de mi familia, su inferioridad social, mi posición y circunstancias, pero estoy dispuesto a dejarlas a un lado y pedirle que ponga fin a mi agonía.
-No comprendo...
-La amo." (Orgullo y prejuicio, 2005)
Con este peculiar discurso, trasladado de manera íntegra a partir la formidable novela de Jane Austen, el Sr. Darcy (Matthew Macfadyen) pretendía que Elisabeth (Keira Knightley) se casara con él, pensando que una vez se hubiera hecho a la idea de que amaba a esa mujer todo saldría rodado. No resultó así, siendo estrepitosamente rechazado, pero su declaración permanece como uno de los momentos más divertidos de Orgullo y prejuicio y el más definitorio de la personalidad de Darcy, que más tarde volvería a intentarlo con un resultado mucho mejor... que no tiene gracia alguna, así que lo omitimos.
Grow Old With You (El chico ideal, 1998)
Sí, hemos incluido una película de Adam Sandler en la lista. Este film no es precisamente una obra maestra, pero el modo en el que depende de la música para disimularlo tiene un encanto arrebatador, con Sandler cantando temas de los ochenta una y otra vez con nula afinación pero 100% de carisma. La escena final en el avión, con el protagonista cantándole a Drew Barrymore que quiere envejecer con ella, es el mejor ejemplo de esto; un momento que justifica, además, todo el visionado.