"Él fue mi norte y mi sur, mi este y mi oeste, mi semana de trabajo, mi descanso dominical, mi mediodía, mi medianoche, mi charla, mi canción. Creí que el amor duraría siempre. Me equivoqué. Ya no quiero las estrellas: apagadlas todas. Envolved la luna, desmantelad el sol. Vaciad los océanos. Los bosques arrasad. Porque ya nunca nada podrá acabar bien." (Cuatro bodas y un funeral, 1994)
El funeral del título se oficiaba en honor a Gareth (Simon Callow), que en la boda anterior fallecía inesperadamente de un ataque al corazón. Su novio Matthew (John Hannah, a años luz de interpretar a Jonathan en La momia) era el encargado de decir unas palabras en la ceremonia, y escogía el poema Funeral Blues, de W.H. Auden, para expresar todo el amor que sentía por el difunto. Así, la película escrita por Richard Curtis, y dirigida por Mike Newell, conseguía encogernos el corazón de forma inesperada, cuando antes tan sólo reíamos y deseábamos que Charles (Hugh Grant) y Carrie (Andie MacDowell) acabaran juntos.
"-Te quiero.
-Lo sé."(El imperio contraataca, 1980)
La mejor declaración de amor de la historia del cine -o, al menos, la más 'cool'- sucedió en el Episodio V de la saga galáctica, y fue Harrison Ford quien la propuso. En el guión original ponía que Han y Leia (Carrie Fisher) se iban a limitar a decir "te quiero", pero Ford opinaba que eso no iba con el personaje, y así es cómo se le ocurrió el famoso diálogo... que sería replicado, con las tornas cambiadas, en El retorno del Jedi. Porque el amor no tiene siempre por qué conmovernos; también puede hacernos aplaudir.