Snake Eyes, ojos de serpiente (Brian De Palma, 1998)
13 minutos de constante plano secuencia, nada menos, formaban el inicio de este por lo demás irregular film de De Palma, desencadenado por ese asesinato cometido en medio de un combate de boxeo. La secuencia ya iba anunciando a los posibles sospechosos y el desdichado protagonismo de Nicolas Cage, pillado por sorpresa en medio del incidente, y confirmaba que la puesta en escena de este director seguía siendo tan adrenalítica como siempre.
Spectre (Sam Mendes, 2015)
El posible adiós de Sam Mendes como realizador del film más reciente de 007 consiguió una recepción bastante tibia en comparación al éxito de Skyfall, pero tenía un arranque inmejorable. Ambientado en el Día de los Muertos mexicano, este plano secuencia recorría las calles siguiendo a un tipo disfrazado de esqueleto que, una vez comenzaba a caminar por el tejado de un hotel, resultaba ser obviamente Bond, James Bond.