Avatar (James Cameron, 2009)
La película más taquillera de la historia del cine -según el estudio o cómo ajustes la inflación- tuvo una campaña promocional a su altura, aunque no lo que se suele entender como espectacular. Mucha gente, de hecho, no oyó hablar de Avatar hasta meses antes del estreno, cuando por fin el estudio se decidió a lanzar un tráiler que mostrara levemente el mundo de Pandora.
20th Century Fox
Un tráiler que, en efecto, no contaba nada, y el argumento del monumental film era prácticamente desconocido por el mundo. De hecho, lo único que se había publicitado con cierta concreción era el tema de la revolucionaria tecnología empleada para el film, que fue curiosamente, junto con la curiosidad, el principal aval para los primeros visionados de Avatar. El boca oreja haría el resto.
Los Vengadores (Joss Whedon, 2012)
El primer 'crossover' de superhéroes visto nunca en la historia del cine contó con una campaña convencional, no demasiado alejada de las que antes habían respaldado otras películas de Marvel. Sí, había una gran cantidad de caras famosas, Joss Whedon contaba con muchos fans, y todos los avances insistían en que se trataba de una película-acontecimiento, pero nada de esto explica el inmenso éxito económico que acabó logrando Los Vengadores.
Walt Disney
Lo verdaderamente revolucionario fue el hecho de que supusiera la culminación de ese Universo Cinematográfico de Marvel que había empezado a construirse varios años antes, en base a películas que el gran público ya había consumido con fruición. De este modo, cuando Los Vengadores llegó a las salas, todos conocíamos a Tony Stark (Robert Downey Jr.), al Capitán América (Chris Evans) y demás, y deseábamos ver qué ocurría con ellos. Y de ahí la actual fiebre de los universos cinemáticos.
