Un año más, el festival Nocturna Madrid abre sus puertas -esta vez las del Cinesa Producciones de la madrileña calle Fuencarral, y la de otros centros asociados- y nos ofrece la mejor sel'ección de cine fantástico y de terror para los paladares más exquisitos... o para los paladares en general, que este género no sabe de elitismos. Con ésta ya son cinco ediciones, y SensaCine ha podido asistir al citado evento, tanto en forma de jurado -con nuestro 'publisher' Alejandro G. Calvo engrosándolo- como de público -quien esto suscribe.
Este año el Nocturna, desarrollado del 25 al 29 de octubre- ha sido especialmente prolífico en cuanto a la calidad e impacto de sus películas, cada una de ellas precedida por una estupenda animación del monstruo lovecraftiano Cthulhu -además de un espectador gritando voluntarioso "Llévame, llévame" todas y cada una de las veces que aparecía-, y a continuación vamos a ofrecerte una selección de las que vimos y más nos gustaron, además de un corto que nos heló la sangre especialmente. ¡Sigue leyendo!
La residencia (Narciso Ibáñez Serrador, 1970)
La V Edición de Nocturna Madrid ha estado marcada por la figura de Narciso Ibáñez Serrador, mítico realizador, locutor, guionista y actor español, si no nos dejamos nada. Por ello a lo largo del festival hemos podido ver hasta tres obras suyas: el mediometraje El hombre que vendió su risa -una de sus Historias para no dormir más célebres-, su monumental ¿Quién puede matar a un niño? y la película que nos ocupa, La residencia.
Este film, restaurado en digital, es junto a la citada ¿Quién puede matar a un niño? uno de los dos únicos largometrajes que dirigió, y aunque no llega a la grandeza de ésta -probablemente una de las mejores películas españolas de todos los tiempos-, es otra muestra de la mayúscula habilidad escénica de su director. El argumento, una loquísima mezcla entre Psicosis y El seductor de Don Siegel -o su 'remake' La seducción-, aquí es sólo una excusa para montajes de una pericia técnica sorprendente para la época, mientras que el hecho de ser demasiado larga para lo que cuenta -le habría venido mejor una duración al estilo de Historias para no dormir- no le resta impacto a su estupendo giro final.
Este clásico del género anticipó la llegada del propio Ibáñez Serrador al certamen, donde recibiría un premio especial por toda su carrera. El veterano director, que ya tiene la friolera de 82 años, cogió pues el galardón y deleitó a la concurrencia de la Sala 1 del Cinesa Proyecciones con un espléndido discurso sobre qué es para él el terror, y consolidó con esfuerzo -insistimos, tiene 82 años- el mejor momento de este Nocturna. Y eso que sólo era el primer día.