Whiplash
Deteniéndonos por fin al arco de Iron Man -sin guda el más importante del universo-, hemos de reparar en primer lugar en, lo habéis adivinado, la segunda parte. Un film enormemente confuso en su afán por introducir tramas a desarrollar en próximas películas, en la construcción de sus personajes -probablemente estamos ante el Tony Stark (Robert Downey Jr.) más desagradable de todos-, y en empeñarse en llenarlo todo de villanos.
El principal -y algo más conseguido que el descontrolado Sam Rockwell- es el mecánico Ivan Vanko, empleado resentido con Tony que reaparece como Whiplash y protagoniza una espectacular batalla en el circuito de carreras. Su participación no va mucho más allá de ahí, y aunque tiene unas pintas bastante intolerables, al menos está interpretado por Mickey Rourke imitando el asunto ruso muy cómicamente.