Harvey Weinstein, el productor cinematográfico acusado de abusos sexuales, contrató a un equipo de detectives para silenciar a sus víctimas y a la prensa, según informa New Yorker. El objetivo de Weinstein era el de evitar que aquellos que le acusaban de mala conducta sexual hablasen y también que estas revelaciones no llegasen a publicarse en los medios de comunicación. De esta forma, los detectives del productor investigaron a actrices como Rose McGowan -quien fue de las primeras en acusar a Weinstein de violación- y a periodistas que estaban, a su vez, investigando sobre la conducta de Weinstein. El medio antes citado afirma que una de las compañías de seguridad era Kroll, empresa afincada en Manhattan, y otra de ellas Black Cube, una firma de inteligencia situada en Tel-Aviv entre cuyos líderes se encuentran antiguos agentes del Mossad, la agencia de espionaje de Israel.
Weinstein se encargaba de dirigir el trabajo de sus detectives que era, principalmente, el de acosar a aquellos que querían contar públicamente las malas conductas sexuales del productor. "Weinstein tenía a las agencias enfocadas, o recogiendo información, sobre docenas de personas y y creando perfiles psicólogos que a veces se centraban en sus historias sexuales personales", afirma Ronan Farrow en New Yorker. "Él también contrató a trabajadores de sus empresas cinematográficas para unirse a la tarea recopilando nombres y ubicando llamadas que, de acuerdo a algunas de las fuentes que las han recibido, eran intimidantes", añade.
Weinsten ocultaba estas tareas planificando los contratos con las firmas de investigación a través de sus abogados. La historia de New Yorker sugiere que era Black Cube la empresa encargada principalmente de llevar a cabo estas investigaciones. A su vez, el medio antes citado afirma que una de sus detectives se hizo pasar por una ejecutiva de una compañía de gestión patrimonial y engañó a McGowam para que se reuniera con ella en varias ocasiones. La mujer, que se hacía llamar Diana Filip, afirmaba que estaba iniciando un grupo de defensa de las mujeres y le pidió a McGowan que la ayudase a ponerlo en marcha. En realidad, esta mujer era una antigua oficial de la fuerza de defensa de Israel que, además de con McGowan, también se puso en contacto con otros reporteros que estaban investigando a Weinstein.
Por último, New Yorker afirma que Black Cube tambiérn contrató a un periodista que llamó a McGowan en 2017 y mantuvo una conversación con ella que grabó sin decírselo a la actriz. Después, el periodista también llamó a otras dos mujeres que habían acusado a Weinstein, incluida la actriz Annabella Sciorra, quien después hizo público en The New Yorker que Weinstein la había violado.