Un Montaraz demasiado joven
Hoy en día no podemos imaginarnos otro actor que Viggo Mortensen en el papel de Aragorn, hijo de Arathorn, pero bien al principio de la producción de El señor de los anillos -un ambicioso proyecto que empezó a tomar forma en 1999 y dos años después lanzó su primera película-, Peter Jackson estaba convencido de que Stuart Townsend podía hacer un buen heredero al trono de Gondor. En los primeros compases del rodaje, quedó claro que había sido una mala idea.
Y no era que Townsend no supiera defender su papel; simplemente, nadie podía creerse que un tipo de 27 años pudiera quedar convincente como un guerrero que en la Tierra Media, recuérdese, tenía 87. Por supuesto, Viggo Mortensen no tenía esa edad cuando llegó al rodaje por casualidad -y después de que Daniel Day-Lewis volviera a rechazar el papel-, pero su ademán taciturno le venía de perlas al que es, probablemente, el personaje más carismático de esta adaptación cinematográfica de la obra de J.R.R. Tolkien.
Todo sobre Annie
No podemos negar que Woody Allen es un autor enormemente prolífico, ni tampoco el hecho de que, entre toda su vasta filmografía, sea sin duda Annie Hall la película más querida y recordada por el público. Un film que simbolizaba la ruptura de Allen con ese cine de humor absurdo que había cultivado durante la primera mitad de los años 70 y en el que, por tanto, el cineasta neoyorquino quería demostrar que era mucho más que un cómico.
El primer montaje de Annie Hall, por tanto, se revelaba como un estudio de las desventuras de Alvy Singer, un melodrama oscuro y existencialista en el que Allen tenía todo el protagonismo, y su amada Annie (Diane Keaton) era un personaje secundario. Durante el proceso de edición, sin embargo, el director se dio cuenta de que las partes que mejor funcionaban eran las relativas al romance entre Alvy y Annie, y así el film acabó siendo una tragicomedia de amor, enfocada en Alvy lamentándose de su ruptura.