El caso 'Pretty Woman'
Finalmente, tenemos la película que mejor demuestra lo oportunos que pueden ser ciertos cambios sensatos y, sobre todo, con ojo para el éxito comercial. Puede que Pretty Woman sea la película más famosa de la década de los 90 y el film con más audiencia cada vez que es emitido por televisión, pero es fácil suponer que, de haber seguido a rajatabla el guión original de J.F. Lawton, habría salido una obra muy diferente, que por no tener ni siquiera tenía el mismo título.
3.000 hacía referencia a la suma que Edward (Richard Gere) estaba dispuesto a pagarle a Vivian (Julia Roberts) por sus servicios, e informaba elocuentemente del film oscuro y deprimente al que nombraba. En esta primera versión, Edward era una persona amargada con el estómago destrozado por el alcohol; Vivian una drogadicta caprichosa con muchos problemas de carácter, y el final la encontraba enamorada realmente de su benefactor, pero sin ser correspondida, por lo que acababa volviendo a su mundo. Ni que decir tiene que el guión fue sometido a una remodelación progresiva y masiva, hasta llegar a esa comedia romántica que todos conocemos.