E.T. El extraterrestre y Star Wars. Episodio I: La amenaza fantasma
Steven Spielberg y George Lucas llevan siendo amigos muchos años, y de hecho entre los dos desarrollaron la historia de Indiana Jones al poco de que el segundo alcanzara el estrellato con La guerra de las galaxias. Posteriormente, Spielberg consolidó su gran empatía con el público con la maravillosa E.T. El extraterrestre, uno de los mayores éxitos del llamado Rey Midas de Hollywood.
Años después, Lucas dirigió una de las películas más esperadas de todos los tiempos: Star Wars. La amenaza fantasma, y aunque las reacciones en general no fueron muy entusiastas, hubo varios espectadores que no dejaron de notar la existencia de unos aliens muy reconocibles en el Senado Galáctico. Y es que, en la reunión para aclarar la naturaleza del bloqueo comercial de Naboo, descubríamos que Lucas había querido homenajear a su gran amigo incluyendo a unos extraterrestres de la misma especie que E.T. Éstos, sin embargo, no parecían tan amigables.
Otra conexión bastante visible es la que une la famosa película de los años ochenta con la de 1995. Dan Aykroyd escribió el guión de Cazafantasmas con la intención de contratar a su amigo John Belushi y apartarlo del consumo de drogas que acabó provocando su muerte y el cambio de planes subsiguiente. Pese a todo, Cazafantasmas se convirtió en una de las películas más memorables de la década, y era inevitable que, años después, su música no sonara en nuestra cabeza cada vez que nos encontrábamos ante cualquier historia de tintes sobrenaturales.
Por eso, cuando Brad Silberling puso en pie la película del niño fantasma, no pudo resistirse a llamar a Dan Aykroyd para que hiciera un cameo. O, más bien, al Dr. Raymond Stantz para que tratara de cazar a los fantasmas que habitaban la mansión Whipstaff. No lo consiguió, pero a cambio vimos una decacharrante escena en la que el Cazafantasmas más 'nerd' huía de la mansión negándose a trabajar con según qué entes.