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    Antonio Méndez Esparza (‘La vida y nada más’): “Si quieres reflejar la realidad, has de mirar y escuchar, y luego decidir”

    El director de la aclamada ‘Aquí y allá’ (2012) regresa con un retrato sobre una madre soltera y su hijo, reconocido con dos nominaciones en los premios del cine indie americano.

    Antonio Méndez Esparza es el responsable de La vida y nada más, una de las cintas independientes españolas a reivindicar de este 2017 al que le quedan los días contados. Y no sólo porque acaba de recibir dos nominaciones en los premios Indie Spirit –en la categoría del Premio John Cassavetes, que galardona la cinta revelación del año, y en la de Mejor actriz, para su intérprete Regina Williams–, sino porque es uno de esos trabajos que representa lo que es la independencia cinematográfica en su esencia. Hablamos con el cineasta con motivo del estreno en las saalas españolas de La vida y nada más.

    Una película ‘indie’ en Florida sobre una familia monoparental, y filmada por un español. Sin duda es un proyecto muy a contracorriente en el panorama patrio. ¿Cuál es la génesis de ‘La vida y nada más’?

    Antonio Méndez Esparza – Pues todo se debe a una serie de coincidencias, casi de experiencias vitales. Vivo en Florida desde hace 5 años –eso explica bastante– y tenía una película sobre una madre soltera entre España y Brasil que nunca pude hacer. La imposibilidad de hacer esa película en su momento más el hecho de vivir en Florida –y además no poder salir mucho del país, porque trabajo–, me llevó a trasladar a Estados Unidos esta idea que había germinado en su día. La idea original es un retrato de una madre que trabaja mucho, en algún hipermercado tipo Wallmart, estas tiendas que abren 24 horas, y a partir de ahí fui incorporando más elementos: el personaje del adolescente, la niña pequeña, ciertos temas… Pero todo surge de esa voluntad de querer retratar a esta mujer.

    Que vivas en Florida explica esa mirada muy documental sobre algunos de los paisajes de Estados Unidos que aparecen en ‘La vida y nada más’. Pero la película, no obstante, tiene algunos recursos que nos recuerdan que es una ficción. ¿Cómo pensaste la estructura narrativa?

    A. M. E. – La mirada casi documental para mí es inevitable, porque pretendo reflejar la realidad y no hay otra opción, no existe otro camino. Cada uno tiene su manera, pero para mí no había otra manera de enfrentarme a esta historia. Si quieres reflejar la realidad y si no conoces la realidad que retratas, tienes cierta responsabilidad y entonces sólo puedes mirar y escuchar, y luego decidir. Está claro que la realidad en el cine es algo impostado, pero uno trata siempre de acercarse lo máximo posible a esa idea de verdad. Los recursos a los que aludes, son varios. Por una parte, todo aquello que transcurre fuera de campo obliga a imaginar y a pensar al espectador, es un misterio que le involucra y que a mí, personalmente, es una parte del cine que me fascina. Otros elementos como las elipsis, son recursos dramáticos de película pequeña. Si hubiera tenido un presupuesto más holgado quizás hubiéramos filmado durante un año, quizás hubiera esperado que los personajes cambiaran… Pero juegas con las herramientas que tienes.  

    Wanda Films

    Regina Williams, tu actriz protagonista, es un gran descubrimiento. ¿Cómo llegaste a conocer a tu reparto?

    A. M. E. –  Fue un proceso extensísimo en el que me ayudaron muchísimo mis estudiantes –doy clases de cine en la Universidad de Florida–. Estuvimos un año y medio. ¡Pero no cada día! Cada dos semanas, o cada tres semanas... Fue un proceso muy lento y con dudas, porque no sabíamos si íbamos a encontrar a los personajes. Teníamos los dos roles principales en mente: Andrew, que tal vez era más fácil, porque íbamos a colegios. Es verdad que te tienen que dar el permiso los padres y el colegio, pasar todos esos procedimientos, pero se consigue. Y luego, Regina, era más complicado porque teníamos que encontrarla en las calles, y eso nos llevó a recorrer un montón de sitios, muchos hipermercados como Wallmart o Dollarstore. Regina vino al casting acompañando a su hermana, y entró me fijé en ella. Regina es un gran descubrimiento –bueno, todo el cast es magnífico pero es cierto que ella está realmente bien–, pero no es tan acierto mío en tanto que director, sino que detrás hay un proceso y un trabajo personal. Todos los actores abrazaron la idea de interpretar, y no intentar trabajar desde su personalidad, y aún me maravilla la capacidad que tuvieron de conmoverse y emocionarse de una manera verdadera.  

    En una película tan modesta como esta, cualquier cosa buena que suceda hay que aprovecharla. Todavía tenemos mucho que hacer y todo lo que nos suceda son apoyos para seguir peleando.

    ¿Crees que el cine independiente, al menos en Estados Unidos, está volviendo su mirada hacia las historias de la gente común?

    A. M. E. –  Yo creo que quizás como rechazo a estas películas escapistas de superhéroes y de fantasía. Veo natural que como reacción haya películas que quieran pegarse a la realidad. Incluso es instintivo. No es más que una mirada que indaga en otros problemas que no salen en el cine más comercial y que para nosotros pueden ser más urgentes. Y hay muchas corrientes en la historia del cine, del Neorrealismo o la Nouvelle Vague, que empezaron como un rechazo a ese cine mainstream de cartón-piedra que estaba haciéndose en Holllywood.

    ¿Cómo has recibido las nominaciones a los premios Indie Spirit?  

    Antonio Méndez Esparza – ¡¿Qué voy a decir?! No sé…, ¡ojalá le den la importancia que la película me parece que tiene, al menos para que sea debatida! Hay que ser precavido con estas cosas, porque ahora que tenemos criticas excelentes, muy puntuales pero muy prestigiosas, y la película aún no ha estallado, y eso de algún modo todavía la protege. Esperemos que poco a poco vaya creciendo, y estas nominaciones son muy importantes. ¡Qué cosas tiene la vida! El día de la rueda de prensa de los Indie Spirit estaba con Regina, que me había pedido que le grabara un vídeo porque quiere presentarse a un casting. Estábamos rodando cuando tuvo lugar la rueda de prensa, y sobre las dos menos cuarto, miro el teléfono y…, ¡imagínate, súper contentos! Me gusta esa idea de estar seguir trabajando cuando nominaron la película. Esta idea de no estar sentado esperando a que lleguen las oportunidades. En una película tan modesta como esta, cualquier cosa buena que suceda hay que aprovecharla. Todavía tenemos mucho que hacer y todo lo que nos suceda son apoyos para seguir peleando.

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