Un nuevo nombre se suma a la lista de mujeres que han denunciado a Harvey Weinstein de acoso sexual en los últimos meses, pues la actriz Salma Hayek ha revelado en una columna en New York Times que, durante años, el productor fue su "monstruo".
Me había convencido de que había sobrevivido. Me escondía de la responsabilidad de hablar excusándome en que suficientes personas estaban sacando a la luz el monstruo. No consideraba mi voz importante, ni pensaba que marcaría la diferencia. En realidad, estaba intentando salvarme de explicar muchas cosas a mis seres queridos.
"Este otoño los periodistas me preguntaron por un episodio de mi vida que, aunque doloroso, pensaba que había dejado atrás", comenzaba la actriz, antes de detallar las distintas situaciones de acoso que padeció y lo difícil que era hablar de ello, pues sentía que a nadie le importaría su dolor, especialmente por todas las veces que Weinstein le había dicho eso mismo: que no era nadie.
A continuación ha explicado cómo su deseo era contar la historia de Frida Kahlo y como Miramax era "sinónimo de calidad, sofisticación y riesgo", motivo por el que empezó un recorrido para producir la película con ellos, lo que se acabó convirtiendo en su inferno. "Sabiendo lo que sé ahora, me pregunto si no era mi amistad con ellos [Robert Rodriguez y la productora Elizabeth Avellan] –y Quentin Tarantino y George Clooney- lo que me salvó de ser violada", ha asegurado.
Tuve que decir no a abrirle la puerta del hotel a altas horas de la noche, donde él aparecería sin avisar, incluyendo una localización cuando ni siquiera estábamos haciendo una película juntos. No a darme una ducha con él. No a dejarle que me viese duchándome. No a dejarle que me diese un masaje. No a dejar que un amigo suyo me diese un masaje desnudo. No a dejar que me practicase sexo oral. No a estar desnuda con otra mujer.
Así, Hayek resume una serie de situaciones a las que tenía que negarse constantemente. "No creo que odiase nada más que la palabra 'no'. A sus ojos yo no era una artista. No era ni una persona. Era una cosa: un cuerpo". Por eso, debido a sus negativas y a que "no era sexy en la película" Frida, Weinstein hizo todo lo posible para evitar que el proyecto siguiente adelante, además de pedir condiciones como "un desnudo íntegro frontal". Más adelante, cuando la película se convirtió en un éxito, él la felicitó. "Y yo le creí. Harvey nunca sabría lo mucho que significan esas palabras para mí. Ni el daño que me hizo".
Sus técnicas de persuasión iban desde hablarme con cariño hasta, en una ocasión, llegar a decirme las aterradoras palabras "Te mataré, no creas que no puedo hacerlo".
"Por fin estamos siendo conscientes de un vicio que ha sido socialmente aceptado y ha insultado y humillado a millones de chicas como yo, ya que en cada mujer hay una chica", ha asegurado Hayek, además de mostrarse agradecida por todas las personas que han hablado y de recalcar que es importante que situaciones así no se den más. "Las mujeres están hablando ahora porque, en esta nueva época, por fin podemos".
La respuesta de Weinstein
Por su parte, Weinstein ha insistido en que esas acusaciones "no son correctas· y que incluso hay testigos que lo confirman. Como recoge Digital Spy, un comunicado oficial por parte de un representante del productor asegura que "estaba muy orgulloso de la actriz ganadora del Oscar y que sigue apoyando su trabajo".
En el comunicado, intenta desmontar otras de las alegaciones de Hayek, entre las que se encuentran las presiones para rodar escenas de sexo con otra actriz y el eliminar la uniceja que caracterizaba a la artista mexicana, pues explica que "era un problema porque distraía de las actuaciones".
Mientras, las investigaciones por parte de la policía estadounidense y británica siguen adelante, pues el productor ha sido acusado por múltiples actrices, entre las que se encuentran Gwyneth Paltrow, Angelina Jolie, Rose McGowan, Cara Delevingne y Lupita Nyong'o.