Hemos visitado los cines Kinépolis de Pozuelo de Alarcón (Madrid) para probar la nueva tecnología que revolucionará el mundo del séptimo arte: la tecnología 4DX. Es la primera y única sala de España en la que, a partir del jueves 28 de diciembre, el público podrá sentir qué es ser un superhéroe o un piloto de caza Ala-X.
La sala cuenta con 160 butacas compuestas de unos servomotores, los verdaderos protagonistas, que son los responsables de que los asientos se muevan de arriba y abajo, así como de lado a lado. A su vez, están compuestos de unos pequeños tubos de aire comprimido a los lados por los que una suave ráfaga de viento hará sentir al espectador partícipe de un tiroteo o incluso de una persecución. Otra prestación de estas butacas es el agua, dónde la lluvia o las salpicaduras de la película, en una medida controlada, llegarán al público. Vibración, latiguillo en las piernas para sentir cosquilleo, niebla, relámpagos, burbujas, todo se sentirá en un pase 4DX, consiguiendo una inmersión total.
"La tecnología 4DX es la respuesta a aquellos colectivos de espectadores que habían abandonado el cine como hábito de entretenimiento, como una alternativa de ocio", explica Agustín Llorente, Country Manager de Kinépolis. Esta tecnología es capaz de transmitir la película por los cinco sentidos, incluido el olfato, ya que las butacas cuentan con unos dispensadores de olores. Todos los pases de cine 4DX están previamente testeados, por lo que la experiencia es totalmente integrada y sincronizada. "Hay momentos en los que la intensidad de la película llama a más efectos, pero hay otras partes en los que rebajan su intensidad, por lo que en ningún momento es una experiencia desgarradora. Está teniendo muy buena aceptación por parte del público", aclaró Agustín Llorente.
De momento la tecnología 4DX se puede probar en Kinépolis Madrid con Star Wars: Los últimos Jedi, con un precio de 14,90€, pero prometen que poco a poco se irá adaptado a todos los 'blockbusters'. Los cines Kinépolis, con los pases 4DX, ya se encuentran a la vanguardia de los cines del mundo, logrando lo que hace unos años ningún espectador jamás hubiera pensado: ser el protagonista.
