Se estrenó el pasado 15 de diciembre y, a estas alturas, Star Wars: Los últimos Jedi ya lleva recaudados más de 1.090 millones de dólares en la taquilla mundial. Después de su estreno, te hemos desvelado un sinfín de curiosidades del Episodio VIII escrito y dirigido por Rian Johnson y, como recoge Collider, la última de ellas tiene que ver con la leche verdosa que bebía Luke Skywalker en su autodestierro en el planeta Ahch-To. Si recuerdas el filme, el maestro Jedi ordeñaba a una criatura llamada Thala-Siren y, a pesar de la mirada de espanto de Rey, consumía su leche que, por lo visto, no estaba mala en absoluto. Neal Scanlan, diseñador de las criaturas de la película, lo ha explicado de la siguiente manera.
Se diseñó para poder respirar y había un sistema de entrega de lecha, en el interior. La gente que estaba dentro podía ver lo que pasaba fuera, a través de monitores y con un sistema de 'walkies' que teníamos, y Mark literalmente se acercó, se inclinó y lo ordeñó. Hacía una bebida buenísima, por cierto. No era tan asquerosa como parecía
Por si todavía no lo sabes, resulta que el color de la leche fue modificado en postproducción para que tuviera un aspecto más repugnante pero, por lo que cuenta Scanlan, todo apunta a que Mark Hamill no tuvo que fingir demasiado. El 'animatronic' del Thala-Siren se fabricó y después se transportó en helicóptero para poder grabar la escena en localización. ¡Y al final mereció la pena! Sin duda, el momento en el que Luke aparece bebiendo leche se ha convertido en uno de los más comentados, junto al 'desnudo' de Kylo Ren (Adam Driver) y a la escena del Salón del Trono de Snoke. ¿Pondrán a la venta Disney y Lucasfilm la leche de Thala-Siren en los parques Star Wars: Galaxy's Edge que abren en 2019?