Directores complicados
Eyes Wide Shut y los andares de Tom Cruise
En Eyes Wide Shut, Tom Cruise tenía que cruzar una puerta. Sencillo, ¿verdad? Quizá lo fuera de no ser por el perfeccionismo de Stanley Kubrick, conocido por presionar a sus estrellas hasta el límite para obtener una "actuación realista". Por eso le gritaba a Cruise constantemente que lo hiciese mejor mientras repetían la toma hasta 95 veces. Conociendo este dato, no sorprende descubrir que la cinta entró en el libro Guinnes de los Récord por haberse tardado más meses de seguido en rodar, ya que estuvieron grabando un total de 15 meses.
La actriz muda que habla en Luces de la Ciudad
Aunque Charlie Chaplin es una leyenda del cine, era también una persona muy exigente, tanto con su trabajo como con el de los demás. Por eso, en Luces de la Ciudad obligó a Virginia Cherrill a repetir una frase más de 300 veces… en una película muda. Al parecer, Chaplin no estaba conforme con como la actriz –que interpretaba a una vendedora de flores ciega- decía "¿Flores, señor?". Al menos, estas 342 se rodaron a lo largo del año completo de producción y no de seguido.
Palabras que se atraviesan
Las tres palabras imposibles de Con faldas y a lo loco
Marilyn Monroe se ha convertido en una de las estrellas más importantes de la historia del cine, pero eso no la exime de equivocarse, como le sucedió en el 'set' de Con faldas y a lo loco, donde fue incapaz de recordar las tres palabras de diálogo que tenía que pronunciar: "Soy yo, Sugar". Por suerte, en la toma 47 lo logró, mientras que "¿Dónde está el bourbon?" costó un poco más, ya que fueron necesarios 59 intentos y que el director Billy Wilder escribiese la frase en un trozo de papel que pegó dentro del armario en el que la actriz tenía que buscar la botella. Sorprendentemente, esto tampoco funcionó, porque Monroe no recordaba el armario en el que debía buscar, así que Wilder acabó pegando un papel en cada armario. ¿Lo lograría finalmente o se dieron por vencidos? Teniendo en cuenta que en la secuencia final aparece de espaldas, es posible que añadiesen la voz en post-producción.
El Resplandor y el diálogo agotador
De nuevo encontramos a Kubrick en la lista, en esta ocasión con uno de sus trabajos más famosos, El Resplandor. En él, Scatman Crothers debía pronunciar un importante monólogo, fundamental para la cinta, motivo por el cual el director buscaba más perfeccionismo que nunca. Esa exigencia acabó desencadenando que Crothers terminase llorando entre tomas y que fueran necesarios 150 intentos hasta que el cineasta quedó conforme.