El pasado año en los Premios de la Academia, Jimmy Kimmel llevó un autobús lleno de turistas a conocer a las estrellas del séptimo arte, y este año ha decidido hacer lo contrario: llevar las estrellas hasta los fans. Kimmel se rodeó de algunas de las estrellas más reconocidas del cine, entre ellas Gal Gadot y Mark Hamill, para repartir 'snacks' entre los espectadores que dejaron de lado la gala para visualizar Un pliegue en el tiempo en el famoso Teatro Chino de Los Ángeles.
El caos estalló cuando Kimmel anunció a los sorprendidos aficionados que estaban en directo en la gala de los Oscar 2018, y que estrellas como Guillermo del Toro, Ansel Elgort, Hamill y Gadot iban a lanzar perritos calientes mediante un 'Hot-Dog Cannon'. El presentador estadounidense también bromeó con el olor de la sala, ya que aseguraba que "había un fuerte olor a marihuana", algo que Gadot corroboró, aunque admitió no saber a "qué huele".
El deleite más grande se lo llevó un hombre llamado Mike, que frente a un billón de personas que le estaban viendo anunció a los siguientes presentadores de la gala. Más adelante, Kimmel realizó otra broma entregando una moto acuática al discurso más breve de la gala, premio que se llevó Mark Bridges por El hilo invisible.