Posiblemente habrás visto a Mark Ruffalo y su pareja, Sunrise Coigney, en decenas de alfombras rojas y presentaciones. Forman una de las parejas más solidas de Hollywood y también una de las más entrañables y unidas. Posiblemente ha sido gracias a las complicaciones que han encontrado en el camino, las cuales les han hecho crecer juntos.
Según recoge la web Romper, Ruffalo se enamoró de ella al instante y no le paró el hecho de que un amigo suyo también estuviese interesado en mantener una relación con ella. El actor era un absoluto desastre cuando conoció a Coigney en 1998. "Estaba viviendo en un basurero y ni siquiera tenía carnet de conducir o tarjeta de crédito. Ella pensaba que era un desastre pero creía en mí y siguió animándome", explicó a The Guardian.
Coigney no accedió a salir con él en un primer momento, pero se lo pensó mejor y ya llevan casados casi dos décadas, con tres hijos en común. Aún así, su relación no ha sido un camino de rosas.
Dicho medio destaca el duro momento por el que pasaron justo cuando nació su primer hijo, Keen. Su mujer estaba a un par de semanas de dar a luz cuando diagnosticaron al actor un tumor cerebral. Ruffalo, queriendo que su esposa estuviese tranquila, no le dijo nada. "La peor experiencia de mi vida. Estaba tan seguro de que iba a morir que, incluso, grabé un vídeo para mi hijo, para que supiese quién era su padre", cuenta a Closer Weekly. Afortunadamente, resultó que era benigno.
"Honestamente, no ha sido sin sus dificultades, defectos, no ha sido sin alegrías o aprendizaje y desarrollo", define Ruffalo su relación.