¿CINE O TELEVISIÓN?
"Soy un adicto a las series de televisión", confiesa el creador de Trollhunters antes de admitir que acaba "de ver Babylon Berlin, una serie maravillosa en la que el peso de su imagen" se ha desarrollado de tal forma en la que puede verse a una determinada escala. "Yo recorto figuritas en negro y las pongo en pantalla porque quiero ver cómo queda la composición de la imagen con el público delante".
Claro que hay bellísima composición de la imagen en las series de televisión, pero la escala en el cine es distinta. Yo había visto Vértigo tres o cuatro veces, pero cuando vuelven a recuperarse los derechos de imagen, la película vuelve a la gran pantalla y ahí me di cuenta de que no había visto esa niebla verde nunca... Esa música, esa imagen, esa composición...
El director encuentra una gran diferencia entre ver productos audiovisuales en las salas de cine o en el salón de su casa, aunque también recuerda que la mayoría de elementos importantes no aparecen en la imagen: "Elementos audiovisuales que, aunque no puedas ver, los entiendes. Cuando nosotros hablamos, el 95% de lo que entendemos es el código no hablado. Dependiendo de cómo viste un personaje o cómo le rebota la luz puedes saber si a esa persona le importa o no la apariencia".
LA CREACIÓN DE LOS PERSONAJES
Si hay algo por lo que destaca el trabajo de Guillermo del Toro, y por lo que hasta los no tan cinéfilos le reconocen, son sus mundos fantásticos y la creación de una serie de monstruos inimaginables por nadie que no sea Del Toro. "Yo escribo ocho páginas de biografía de cada personaje. Escribo su signo del zodiaco, un secreto que nadie sabe, sus gustos, la música que escucha, su vida desde el principio hasta el final y, después, se lo doy a los actores y al equipo".
Nosotros no podemos poner en el guion nada que no podamos adjetivar en luz, sonido o color. En la forma del agua le dedicamos más tiempo a una escena porque yo sabía que ella debía tener un poco de luz en la cara y Michael Shannon se encabronó porque le probamos 50 trajes porque yo quería que el traje le quedase apretadísimo
En cuanto a El laberinto del fauno se refiere, el cineasta explica que cada vez que el capitán Vidal (Sergi López) se movía, el equipo debía hacer crujir cuero. "En el cine puedes crear ambigüedad. El adulto promedio consume imágenes todo el día, la codificación de esas imágenes a nivel comercial es muy profunda. Por eso en la animación lo más difícil de animar es un animal, porque sabemos cómo es".
LA ELECCIÓN DE LOS DECORADOS
El responsable de Cronos recomienda a todos los cineastas que decidan qué van a hacer con la imagen antes de construir el 'set' de rodaje, pues las cámaras no pueden entrar por cualquier lado: "Tengo que decidir por dónde quiero pasar la grúa cuando escribo el guion". Elemento que condicionó muchos de los decorados de La forma del agua, sobre todo un poste que impedía grabar una escena de una manera concreta y que se solucionó cuando Michael Shannon estrelló sin querer un coche contra él.
Hay un mito extendido de que le director controla todo, pero el verdadero director es el que puede controlar cualquier cosa que suceda, el que está preparado para que ocurra algo mejor de lo que había pensado. Si me das un 'set' y un vestuario hermoso, la luz puede ser la que termina de barnizar todo. Si me das un 'set' y un vestuario horrible, la imagen no va a lograr arreglarlo. Es un trabajo minucioso
"Hay veces que llueve y seguimos adelante. En El espinazo del diablo hubo una escena en la que estábamos cansados y había que grabarla de noche y era de día, así que cambié el guion y ya podía ser de día". Del Toro ha explicado que, en sus largos días de rodaje, él se encarga de la "cámara, lente y composición", mientras que discute con el resto de su equipo por los espacios y el orden de las grabaciones. "Cuando alguien dice qué hermosa fotografía, en realidad está diciendo qué hermoso diseño de producción".
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