Wes Anderson, el rey del detalle
Al ver cualquiera de las películas de Wes Anderson se percibe la atención al detalle de su cineasta. Tiene un estilo personal inconfundible que solo puede conseguirse si eres tan perfeccionista como él. César explica que, a pesar de que no estaba presente en el set de rodaje, tenían contacto diario con él.
"Primero hacemos una prueba para enseñarle a Wes Anderson y con eso ya comienza a dar órdenes. Nos dice si el muñeco tiene que ir un poco más rápido o si se tiene que mover hacia un sitio determinado. Es un director muy exigente y quiere que todo sea perfecto. Se graba en su casa en vídeo haciendo la interpretación que quiere ver en la escena y prácticamente tenemos que calcarlo. Es difícil conseguir que quede natural y real, especialmente con los ojos. Hablaba con cada uno de nosotros cada día prácticamente vía email para ver cómo iba el trabajo y dar indicaciones", cuenta el animador.
Ese cuidado por los detalles se puede ver, por ejemplo, en el pelaje de los perros protagonistas. El pelaje de los perros se mueve constantemente en la película, aunque los personajes estén parados se nota esa ligera brisa. "Teníamos que darle sentido al movimiento del pelo y cada uno teníamos una técnica, yo usaba un palito para moverlo",