Ya está aquí Vengadores: Infinity War. Vengadores 3 para los amigos; Avengers: Infinity War para el SEO Manager; Otra más de superhéroes para una parte, importante e insignificante (al mismo tiempo), de la población; La película más importante de mi **** vida para otra parte, igualmente importante e insignificante, de la misma población. (Todos los seres humanos somos tremendamente importantes e inútilmente insignificantes, no le deis más vueltas, esto no es un spoiler). Así que como ya hemos visto esta película bigger-than-life o, como mínimo, bigger-than-my-life-and-your-life-because-life-is-life, toca analizar las consecuencias de la misma, ya sean estéticas, antropológicas, cualitativas o semióticas (pero libre de spoilers, creo) de lo que significa, sin ningún tipo duda, uno de los estrenos cinematográficos más importantes de 2018 o, qué narices, de esta década prodigiosa (2008-2018) para el cine superheroico que nos ha tocado vivir. Es cierto que en los 70 tuvieron El Padrino, Taxi Driver, La conversación y Apocalypse Now, y en los 50 Los siete samuráis, La noche del cazador, Cuentos de Tokio y Centauros del desierto, ¡y en los 30 Luces de la ciudad, Frankenstein, Sopa de ganso y La fiera de mi niña! Pero a nosotros nos ha tocado vivir otra (gran) época: la de El caballero oscuro (2008), Watchmen (2009), Capitán América: Civil War (2016) y Logan (2017) –por citar sólo algunas de las mejores películas superheroicas del ciclo-, así que hagamos honor a la madre de todas las películas de superhéroes y hablemos de Vengadores: Infinity War.
Importante. Si quieres llegar como es debido a la nueva película que han dirigido los hermanos Russo –es un decir: las pelis de Marvel son todas de Kevin Feige, da igual quién firme la película- no puedes hacerlo así, a pelo, sin más ni más. Lo ideal sería que te hubieras visto, por supuesto, todas las películas anteriores de la Casa de las Ideas –partiendo de El increíble Hulk (2008), donde Edward Norton era Bruce Banner-, y que te hubieras leído buena parte de los cómics de Marvel en los que Thanos es protagonista; nuestra recomendación: El guantelete del infinito (1991) de Jim Starlin, Infinity (2013) de Jonathan Hickman y Thanos: Origen (2013) de Jason Aaron. Pero si la vida no te da para más, sí que hay una recomendación obligatoria (si quieres entender algo de la película), verse la saga-cremallera-crossover del UCM: Los Vengadores (2012) y Vengadores: La era de Ultrón (2015), así como las siguientes películas de sus miembros por separado: Capitán América: El primer vengador (2011), Guardianes de la Galaxia (2014), Capitán América: Civil War (2016), Thor: Ragnarok (2017) y Pantera Negra (2018). Las razones son claras: no se puede entender esta “Guerra del Infinito” sin entender el camino que ha llevado a los Vengadores a separarse –especialmente grave sería el “divorcio” entre el Capitán América e Iron Man- y cómo eso hace que la llegada de Thanos y su Orden Negra les coja en el peor momento posible. Dado que la acción de la película se reparte entre la batalla en la Tierra y los enfrentamientos en el espacio, es básico conocer las aventuras de Star-Lord y compañía –que, además, es donde se presentó Thanos como némesis-, de la misma forma que hay que entender la idiosincrasia nacional de Wakanda y su totémico líder, Pantera Negra, pues acaba resultando un escenario cenital en la película. Respecto a la película, brutalmente cómica, protagonizada por Thor y Hulk, hay que tenerla controlada dado que una de las escenas post-créditos se puede entender como un prólogo de esta Infinity War que va a sacudir el UCM como nada antes había pasado.
Dicho todo esto, remitámonos a la percha del artículo: ¿Es Vengadores: Infinity War la mejor película de Marvel hasta la fecha? Aún sin poder lidiar con las filias y fobias de cada uno, y más en el cine superheroico donde los fans pueden llegar a ser tremendamente virulentos, lo cierto es que los hermanos Russo han acabado por configurar uno de los blockbusters más espectaculares y valientes del cine contemporáneo. Porque hay que tenerlos realmente cuadrados para atreverse con algo de tal envergadura y darle un arco dramático tan sorprendente como poco habitual en este tipo de películas. Así, los Russo, no solo salen airosos de esta Royal Rumble de superhéroes –en la película salen prácticamente todos los integrantes del UCM (no contamos a los televisivos Defensores)-, donde lo fácil hubiera sido que uno acabara atragantándose ante la cascada de personajes carismáticos presentes, sino que además lo hacen con estilo e inteligencia. Me explico: al remover los diferentes grupos conocidos y juntarlos como quien tira piedras al aire y que cada una caiga donde caiga, la película logra crear corpúsculos de Vengadores nunca vistos cuya acción por separado es determinante para la trama troncal, ya sabéis: Thanos quiere hacerse con las seis Gemas del Infinito pese a quién pese. La película salta de mini-trama en mini-trama sabiendo mantener el suspense singular de cada una de ellas en un in crescendo emocional que hace que el espectador pase de la apatía del arranque a una especie de épica multifuncional que, en sus minutos finales, ya domina toda la película de la misma forma que una bomba de hidrógeno barre con todo a su paso.
Aun así, no tengo claro que Vengadores: Infinity War sea la mejor película de superhéroes de la historia porque incluso hay joyas indies que son casi invencibles –El protegido (2000), Chronicle (2021)-, ya no hablemos de piezas clave del género como las ya citadas El caballero oscuro (2008) o Watchmen (2009). Ni siquiera las tengo todas con que sea la mejor película de Marvel –a mí El Capitán América: El soldado de invierno (2014) me sigue pareciendo la más asombrosa del lote-, pero lo que sí tengo claro son dos cosas: (1) Que tiene el mejor villano visto en una película de Marvel (y eso que el Loki de Tom Hiddleston vale su peso en oro) y que (2) No sólo es la película más ambiciosa (de gente con poderes) de todas las hechas hasta ahora –aunque igual Zack Snyder me llevaría la contraria con su Batman v Superman: El amanecer de la justicia (2016)-, sino que dicha ambición acaba por encontrar unos resultados más que satisfactorios. Porque Vengadores: Infinity War no es perfecta, tiene mejores y peores momentos, mejores y peores chistes, mejores y peores personajes, pero, sin duda, vista como un todo global, es el mejor espectáculo que sabe ofrecernos Hollywood a día de hoy. Por todo eso, ahora mismo la película que más ganas tenemos de ver es Vengadores 4 (2019). Marvel, tienes nuestro check.