El mito y la mujer oculta tras la leyenda. El fotógrafo y cineasta Tom Volf ha empleado más de cinco años de su vida en investigar, recopilar y pulir buena parte del archivo de la prima dona María Callas y el resultado es Maria by Callas, un documental delicado y monumental sobre la ida de una de las más grandes sopranos que dio el siglo XX. Volf visitó Madrid para presentar la película en el Teatro Real, en Madrid, y en SensaCine aprovechamos para entrevistarle y hablar de la diva, del glamour de los años de la dolce vita y de los sueños no cumplidos de la cantante de ópera, que acabaron por mermar su salud para finalmente acabar con su vida en septiembre de 1977, con apenas 54 años.
'Maria by Callas' es un trabajo apabullante, en el sentido de que se pone en escena muchísimo material de archivo de la soprano, buena parte inédito. ¿Se trata de un proyecto personal o de una película de encargo?
Tom Volf– María by Callas es un proyecto personal. Ha sido muy laborioso y me ha llevado más de cinco años, al principio completamente solo, sin la ayuda de un productor o guionista. De nadie.
Imagino que recuperar y reunir todo ese material de archivo fue complicado. Cuéntanos cómo fue el proceso de ir en busca de todo ese material.
Tom Volf– Fue un proceso complicado, la verdad. Estuve como unos tres años recuperando por todo el mundo el material disponible sobre Maria Callas, metraje, grabaciones de audio, cartas, filmaciones de sus actuaciones, de las películas... Y, no te lo voy a negar, restaurar todo ese material y digitalizarlo para presentarlo en alta definición fue también un esfuerzo enorme, tal y como creo que pudieron apreciar los espectadores de anoche en el Teatro Real.
¿Cuándo te diste cuenta que querías contar la historia María a través de sus propias palabras en vez de realizar un documental más al uso?
Tom Volf– Desde el principio supe que tenía que contar la historia de María a través de su voz. Primero, no quería hacer algo sobre ella que ya se había hecho anteriormente, con entrevistas a allegados y conocidos, y, segundo, estaba convencido de que la única manera de comprender quién era realmente, como mujer y artista, era a través de sus palabras. No había otra manera de enfrentarse a su figura. Por supuesto, este modelo narrativo era un reto enorme, pero creo que de este modo el publico podía hacerse una idea de quién era de verdad.
La mítica Fanny Ardant, que interpretó a María Callas en un biopic sobre la soprano, es la persona encargada de leer algunos fragmentos de sus cartas personales. ¿Cómo conseguiste convencerla para que volviera a hacer de Callas?
Tom Volf– Le pareció una propuesta maravillosa. En realidad, estaba algo asustado de que no quisiera hacerlo porque ya había interpretado a Callas en el cine, pero sospechaba que la actriz tenía una conexión íntima con Callas y, a diferencia de la película sobre la soprano que protagonizó, que se trataba de una ficción, aquí presta su voz a las verdaderas palabras de María. Porque el 100% de lo que se dice en la película sale de la propia María, y la idea de encarnar a la diva en la ficción y también en un relato documental le entusiasmaba sobremanera.
La voz de Ardant es especialmente conmovedora cuando la película nos explica la ruptura de Callas y Aristóteles Onassis. Eres muy cuidadoso con ese hecho doloroso de la vida de la soprano.
Tom Volf– Sentía que tenía que ser muy cuidadoso con su figura en ese pasaje. En realidad, con todo el proyecto. Me lo tomé como una misión importantísima, de hecho, porque sentía que tenía en mis manos una enorme responsabilidad, en tanto que estaba haciendo una película basada en las propias palabras de la soprano. Quería estar completamente seguro de que lo que incluía en el metraje es auténtico. Y cuando has de explicar momentos de la vida tan dolorosos como cuando Callas se enteró de la boda de Onassis con Jackie Kennedy, buscas etrategias narrativas difernetes con el fin de evitar el tono de revista de papel-cuché. Podría haberlo hecho así, con un tono amarillista y de tabloide, pero escogí acercarme a ella desde una perspectiva más sensible. Encontré las cartas que escribió a su maestra y figura materna, y me pareció que era una manera de plasmar esa intimidad sentimental que dice mucho de ella como mujer, de su vulnerabilidad y de lo mucho que podía amar.
La película evita por completo el tono de revista de cotilleo.
Tom Volf– En efecto. Creo que podría haber sido demasiado fácil hacer una película sobre la Callas en tono de revista de cotilleos. Maria Callas tuvo una vida más grande que la vida, y vivía en este mundo en el que estaba Onassis, Jackie Kennedy, Elisabeth Taylor, Grace Kelly… ¡Imagínate! Hubiera sido muy fácil hacer la película así, pero yo lo que quería era acercarme desde una posición alejada de los flashes. La película se llama María, por la Callas, y no al revés, pero porque es Callas, el personaje público y la gran artista, la que desvela quién es la mujer, quién era realmente.
Maria Callas tuvo una vida más grande que la vida, y vivía en este mundo en el que estaba Onassis, Jackie Kennedy, Elisabeth Taylor, Grace Kelly… ¡Imagínate! Hubiera sido muy fácil hacer la película en tono de cotilleo, pero yo lo que quería era acercarme desde una posición alejada de los flashes.
¿Crees que los grandes artistas y grandes genios han de lidiar con esta dualidad: el personaje público y su verdadera personalidad?
Tom Volf– Sí, creo que todos los artistas cumplen ese patrón y necesitan, de hecho, crear este personaje público porque no pueden ser ellos mismos completamente una vez tienen esta vida pública. Pero creo que María Callas tuvo que lidiar con esa dualidad de una manera extrema. Primero, porque era una actriz que cada día se subía al escenario como soprano, y el público esperaba mucho de la Callas, de ese icono que interpretaba esas maravillosas piezas de ópera. Y luego, María, por otra parte, era una mujer completamente distinta, y sus deseos eran muy sencillos: quería tener una familia, un matrimonio feliz y muchos hijos. Y nunca tuvo eso. Esa dualidad extrema entre Callas y María cobra otra dimensión si, además, tenemos en cuenta lo mucho que se exponía a través del arte, sus sentimientos, sus emociones y sus experiencias como mujer con el fin de nutrir sus actuaciones.
¿Has querido subrayar esa idea, la de cómo se entregaba en el escenario, en la serie de insertos de sus actuaciones que aparecen en la película?
Tom Volf– Sin duda. Cada uno de los repertorios que ella fue escogiendo en vida tenía relación con el momento personal en que se encontraba. Por ejemplo, nunca interpretó Carmen hasta que empezó su romance con Onassis. Hay muchos subtextos constantes en las arias que interpretó y piezas operísticas que interpretó. Verlas ahora cobran un nuevo sentido.
¿Te gustaría que tu película sirviera para que las nuevas generaciones descubrieran a María Callas?
Tom Volf– Por supuesto, sería un sueño cumplido. Mi caso es el mejor ejemplo para responderte, porque hace cinco años, cuando tenía 28 años, apenas conocía a la Callas. Creo que soy la mejor prueba de que ella puede ser atractiva para las nuevas generaciones y realmente espero que la película, que me parece que es muy accesible, permita que la gente que no sabe mucho de ópera la descubra. ¡A ella y al mundo de la ópera! Porque, como la propia Maria dice en la película, la ópera puede parecer un poco aburrida al principio, pero cuando está bien interpretada, es absolutamente cautivadora.