El problema fundamental
Indiana Jones y el Reino de la Calavera de Cristal no es, en efecto, una película tan terrible como se dijo en su día. Tiene numerosas virtudes, y su apuesta por la nostalgia y el entretenimiento más clásico no queda muy lejos de lo que posteriormente ofrecieron películas mucho mejor valoradas por el público como Creed, Jurassic World o El despertar de la Fuerza. De hecho, resulta tentador justificar el fracaso de Indiana Jones 4 con el hecho de que se estrenó demasiado pronto, antes de que las películas de este tipo se pusieran de moda, pero no vamos a caer en eso.
Y es que, al contrario de Creed, Jurassic World y El despertar de la Fuerza, el mayor problema con el que El Reino de la Calavera de Cristal tiene que bregar es con la falta de entusiasmo. El guión, como ya hemos visto, es funcional en el mejor de los casos, y el reparto no brilla especialmente, pero lo que acaba lastrando todo es una puesta en escena totalmente falta de garra, que pasados los primeros minutos arroja a la película a un desarrollo totalmente monótono. Se nota demasiado la escasa motivación de Spielberg y el declive de su amigo Lucas, y acaba pasando lo peor que podría pasar con una aventura protagonizada por el arqueólogo: que es bastante aburrida.
Nuestro estimado director podría quitarse esta espinilla finalmente con la confirmada Indiana Jones 5, que en principio empieza a rodarse el año que viene, pero nosotros preferimos pensar que esta película ya existe, aunque no se llame así. Se titula Tintín y el secreto del Unicornio, fue dirigida por Spielberg tres años después, y es la única que ha conseguido replicar el espíritu del arqueólogo más allá de 1989.